miércoles, 8 de febrero de 2023

Hombres afganos que se solidarizan con las mujeres y dejan la universidad: "No podría formar parte de un sistema así"

 

Hikmat Noori

El decreto talibán que prohíbe la educación superior de las mujeres ha llevado a profesores y estudiantes varones a dejar las aulas como muestra de solidaridad

A Baktash Amini le encantaba su trabajo como profesor adjunto en la Facultad de Física de la Universidad de Kabul. Le apasionaba la enseñanza y se enorgullecía de ayudar a sus estudiantes a seguir carreras de Física, y fundó acuerdos de colaboración con el Centro Internacional de Física Teórica, ubicado en la ciudad italiana de Trieste, y la Organización Europea para la Investigación Nuclear (Cern), ubicada en Ginebra, entre otras instituciones.

Pero sus esfuerzos por fomentar la educación científica en Afganistán parecieron un esfuerzo inútil cuando los talibanes anunciaron que se prohibiría el acceso de las mujeres a la educación universitaria. “La noche en que [los] talibanes cerraron las puertas de las universidades a las mujeres afganas, recibí muchos mensajes y llamadas de mis estudiantes. No encuentro palabras para describir su situación. Soy académico y la única forma que tengo de expresar mi desacuerdo con esta medida es [dar la espalda a] un sistema que discrimina a las mujeres”, dice. El 21 de diciembre renunció al “trabajo de sus sueños”.

El profesor Amini es uno de los al menos 60 académicos afganos que han renunciado a sus trabajos en protesta por el decreto talibán que prohíbe a las mujeres acceder a la educación superior. “Los talibanes han tomado la educación de las mujeres como rehén de su agenda política. Esto es una traición a la nación”, dice Abdul Raqib Ekleel, profesor de desarrollo urbano en la Universidad Politécnica de Kabul, que también ha dimitido de su cargo. 

“En el último año y medio, los talibanes han hecho numerosas peticiones irracionales a las alumnas, como regular su vestimenta, imponerles el hiyab, clases separadas, ir acompañadas de un mahram [tutor legal masculino], y las estudiantes han accedido a todas ellas. Todos los profesores impartían las mismas clases dos veces por semana, una para los hombres y otra para las mujeres. A pesar de ello, los talibanes han seguido imponiendo nuevas prohibiciones a las mujeres”, dice Ekleel.

“Estas prohibiciones van en contra de los valores islámicos y del interés nacional. Nos afectan a todos, no solo a las mujeres. Yo no podría formar parte de un sistema así”, añade.

Otro profesor de la Universidad de Kabul rompió sus títulos y documentos educativos en la televisión nacional. “Hoy, si mi hermana y mi madre no pueden estudiar, ¿de qué me sirven a mí estos [títulos] académicos? Aquí está, estoy rompiendo mis documentos oficiales. Fui profesor y enseñé [a estudiantes], pero este país ya no es lugar para la educación”, dijo entre lágrimas Ismail Mashal en un fragmento que se ha hecho viral en las redes sociales (...)


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