lunes, 20 de febrero de 2023

Siete gráficos que niegan que la deuda pública sea una bomba de relojería

 Daniel Yebra / Raúl Sánchez   17 de enero de 2023

La deuda de España superó los 1,5 billones en noviembre de 2022, un récord histórico, en pleno encarecimiento de los tipos de interés. Sin duda, su sostenibilidad es uno de los principales retos económicos a corto y medio plazo. Ahora bien, está lejos de ser una bomba de relojería, ni existen amenazas financieras como las sufridas en la crisis del euro de 2012.

Los mismos agoreros del apocalipsis de la economía en 2022 por la invasión rusa de Ucrania que nunca llegó, han agitado recurrentemente la alarma sobre la deuda pública durante los últimos meses. Estos expertos mantienen un discurso catastrofista, mientras ignoran que su coste seguirá contenido, cerca de mínimos pese a las subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y que continuará disminuyendo respecto PIB (Producto Interior Bruto) por el crecimiento de la economía.

1. Endeudamiento

El endeudamiento de un Estado es la relación entre su deuda pública y su PIB. Es el primer indicador que se observa para medir la sostenibilidad financiera de un país. Depende tanto del numerador (la deuda) como del denominador (el PIB).

Por eso, aunque la deuda pública total sigue aumentando, el endeudamiento disminuye por el crecimiento económico. Desde el 125% que alcanzó esta relación en el primer trimestre de 2021, ha caído cerca de 10 puntos porcentuales hasta el final de 2022. Según el objetivo del Gobierno, cerrará el año en el 115%. El primer semestre lo terminó en el 116%, según se ve en el gráfico.

Aunque todavía no está confirmado por el INE, el PIB de España se incrementó por encima del 5% en 2022, mejorando el comportamiento del resto de grandes economías de la eurozona. Y en 2023, nuestro país volverá a liderar el crecimiento según todas las previsiones, desde la más optimistas del propio Ejecutivo, hasta la del FMI, pasando por la del Banco de España.

La semana pasada, el Tesoro Público presentó la estrategia de financiación del Estado con el mismo objetivo de emisión neta de deuda en 2023 que en 2022: 70.000 millones de euros. Una meta “conservadora”, que responde a la “elevada incertidumbre” y que podría ser revisada a la baja a lo largo del año.

Y también un objetivo “flexible”, que se adaptará al desembolso de los fondos europeos ligados al Plan de Recuperación, según explicó Carlos Cuerpo, secretario general del Tesoro y Financiación Internacional.

2. Coste medio de la deuda

España saldrá a buscar esos 70.000 millones a los mercados financieros a unos tipos de interés que no han parado de aumentar en el último año. Además el BCE está en retirada, tras años de omnipresencia para favorecer primero la recuperación de la crisis financiera y después del shock de la COVID.

Aún así, el Tesoro acentúa que el coste medio de la deuda se mantendrá contenido y que se avanzará en la reducción del déficit (el desequilibrio entre ingresos y gastos que se financia con esta deuda) por los mayores ingresos fiscales, directamente relacionados con el crecimiento económico, la inflación, los beneficios empresariales y la solidez del mercado de trabajo.

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