lunes, 8 de febrero de 2021

¿Por qué los hombres deberíamos leer a la Fallarás?, de OCTAVIO SALAZAR BENÍTEZ

 

3/02/2021 UPÜBLICO.ES   
OCTAVIO SALAZAR BENÍTEZ   Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba y miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional

"Equivalencia humana". Buen concepto.-


¿Por qué los hombres deberíamos leer a la Fallarás?


Los hombres, en un bucle perverso que no hace sino confirmar ese pacto juramentado que tan bien nos explicara Celia Amorós, siempre nos hemos leído y nos leemos entre nosotros. Nos citamos, nos damos palmaditas en el hombro y certificamos la autoridad del colega porque, de esa manera, estamos confirmando la nuestra. Necesitamos de la fratría para confirmar nuestra subjetividad, al mismo tiempo que identificamos la masculinidad y lo masculino con lo importante, para lo que, como ya nos advirtiera Virginia Woolf, necesitamos reducir el tamaño de las mujeres para así nosotros vernos como superhéroes.  La ley patriarcal que condena a las mujeres al silencio, y que sigue vigente a través en muchas ocasiones de sutiles estrategias que las invisibilizan o les niegan voz y prestigio, ha sido y es el reverso de nuestra permanente palabrería, de nuestro dominio en lo público y de nuestro señorío en lo privado. Los que siempre nos creímos omnipotentes con la ayuda impagable de las religiones que, como la católica, nos confundió con la divinidad y redujo a las mujeres a un triple papel: la pecadora (Eva), la virgen (María) y la puta (María Magdalena). El triángulo perfecto para construir y amparar el estatuto subordinado de la mitad de la Humanidad. Porque, no nos engañemos, y pienso sobre todo en mis colegas juristas, la asimetría entre hombres y mujeres es cuestión de estatus y por eso, para acabar con ella, no bastan las reglas tradicionales del Derecho Antidiscriminatorio. Entre otras cosas, porque estamos hablando de una cuestión de poder y de una cultura, el machismo, que habitamos y que nos habita. Dos términos que solo podremos desmontar mediante una revolución. La feminista, claro.

En su última novela, que antes de ser publicada ya generó la cólera de quienes todavía no se acostumbran a que una mujer tenga poderío y de quienes escudados en los dogmas son cómplices de brutales injusticias, Cristina Fallarás, o mejor, La Fallarás, así, con ese artículo que solo merecen las grandes, y que en este caso se lo pone ella misma, pone justamente el foco en ese nudo central del patriarcado. Y lo hace rescatando la maltratada figura de María Magdalena, dándole voz propia y reescribiendo, en forma de novela pero sin renunciar a una rigurosa documentación, una historia que siempre nos llegó a través de palabras e interpretaciones masculinas (...) última novela, que antes de ser publicada ya generó la cólera de quienes todavía no se acostumbran a que una mujer tenga poderío y de quienes escudados en los dogmas son cómplices de brutales injusticias, Cristina Fallarás, o mejor, La Fallarás, así, con ese artículo que solo merecen las grandes, y que en este caso se lo pone ella misma, pone justamente el foco en ese nudo central del patriarcado. Y lo hace rescatando la maltratada figura de María Magdalena, dándole voz propia y reescribiendo, en forma de novela pero sin renunciar a una rigurosa documentación, una historia que siempre nos llegó a través de palabras e interpretaciones masculinas (...) 

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