Jose Vargas en Teología de la Liberación · semana.com 2/29/2020
La JEP halló en un laboratorio de la Universidad de Antioquia 53
esqueletos de víctimas. El país se aproxima a una conclusión
escalofriante: muchos desaparecidos murieron como falsos positivos y
terminaron sepultados como desconocidos. Sus deudos nunca recibirán sus
restos...
A las 8:50 de la mañana del 29 de octubre pasado, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) enlazó una serie hallazgos que podrían configurar un capítulo inédito en la historia del conflicto. Ese día, una comisión mixta llegó al laboratorio de antropología de la Universidad de Antioquia, en Medellín, para hacer una inspección judicial.
Se suponía que en el lugar solo podía haber esqueletos ajenos a muertes
violentas. Tras un vistazo general, a los funcionarios les llamó la
atención un centenar de cajas rotuladas con las iniciales CU, la sigla
de Cementerio Universal. Decidieron abrir una escogida al azar y
hallaron la osamenta de un hombre joven, no identificado, con el agujero
perfectamente circular que deja un tiro en la base del cráneo. Todos lo
entendieron enseguida: la vida de ese joven terminó cuando alguien lo
ejecutó de un disparo a quemarropa en la nuca.
El hallazgo impactó a los funcionarios y desde ese momento comenzaron un minucioso trabajo, aún inconcluso, en el que han inspeccionado, uno a uno, cientos de esqueletos que reposan allí. La situación los obligó a sellar una parte del laboratorio. En total contaron 136 individuos provenientes del Cementerio Universal de Medellín. Y descubrieron que de estos, 56 tienen evidentes señales de violencia. La mayoría, en jerga forense, “TCE x PAF”; es decir, con trauma craneoencefálico por arma de fuego (...)
El hallazgo impactó a los funcionarios y desde ese momento comenzaron un minucioso trabajo, aún inconcluso, en el que han inspeccionado, uno a uno, cientos de esqueletos que reposan allí. La situación los obligó a sellar una parte del laboratorio. En total contaron 136 individuos provenientes del Cementerio Universal de Medellín. Y descubrieron que de estos, 56 tienen evidentes señales de violencia. La mayoría, en jerga forense, “TCE x PAF”; es decir, con trauma craneoencefálico por arma de fuego (...)
OTRA COSA: Expertos: solo los míos son buenos
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