Publico
hoy un artículo con mi valoración sobre los acuerdos alcanzados en la
última reunión del Eurogrupo, el pasado 9 de abril. Pero hay algo más y,
si se me apura, más importante: una reflexión sobre el proceso de
negociación que está en marcha en la UE y que es clave (la negociación,
no mi artículo) para afrontar la crisis sanitaria y evitar el colapso
económico. No es apto para los que ven los problemas en blanco y negro.
Es un acercamiento reflexivo a la necesidad de negociar y ceder para avanzar. Espero que ayude a pensar. Serán bienvenidas las críticas argumentadas.
“El proceso de negociación en curso entre el norte y el sur de la
eurozona se inscribe en una situación catastrófica que parece capaz de
poner en juego el futuro de la Unión Europea (UE) y, en consecuencia, el
bienestar de la ciudadanía y la convivencia entre los Estados europeos.
Palabras mayores.
Hay que recordar que la UE es un complejo artefacto político de 27 Estados miembros (ya sin el Reino Unido) y económico (un mercado único, una unión monetaria y una unión bancaria incompleta) gestionado por un inacabado e intrincado entramado institucional que, incluso en condiciones normales, hace muy pesados los procesos de diálogo y acuerdo. La negociación se complica aún más por las divergencias crecientes de estructuras y especializaciones productivas entre los socios, la disparidad de los desequilibrios macroeconómicos entre los Estados miembros y porque éstos, siguen conservando gran parte de su soberanía y competencias, aunque hayan cedido algunas a instituciones comunes para una mejor defensa de sus intereses nacionales y, aunque parezca paradójico, para reforzar sus capacidades de decisión soberana frente a las amenazas que suponen la globalización neoliberal y su crisis.
[…]
Las economías de Italia y el resto de los países del sur de la eurozona cuentan, tras el acuerdo del Eurogrupo, con más financiación comunitaria sin otra condición que no sea su utilización en la lucha contra la pandemia. ¿Podría haber sido un mejor acuerdo? Claro, pero esa respuesta de Perogrullo no exime de una valoración positiva de lo logrado. Tras el acuerdo, los países del sur de la eurozona y el conjunto de la UE están en mejores condiciones de superar la crisis sanitaria y sus destructivos impactos sociales y económicos. Ha sido una negociación con cesiones mutuas importantes que ha supuesto un avance en la respuesta común a la crisis.”
Hay que recordar que la UE es un complejo artefacto político de 27 Estados miembros (ya sin el Reino Unido) y económico (un mercado único, una unión monetaria y una unión bancaria incompleta) gestionado por un inacabado e intrincado entramado institucional que, incluso en condiciones normales, hace muy pesados los procesos de diálogo y acuerdo. La negociación se complica aún más por las divergencias crecientes de estructuras y especializaciones productivas entre los socios, la disparidad de los desequilibrios macroeconómicos entre los Estados miembros y porque éstos, siguen conservando gran parte de su soberanía y competencias, aunque hayan cedido algunas a instituciones comunes para una mejor defensa de sus intereses nacionales y, aunque parezca paradójico, para reforzar sus capacidades de decisión soberana frente a las amenazas que suponen la globalización neoliberal y su crisis.
[…]
Las economías de Italia y el resto de los países del sur de la eurozona cuentan, tras el acuerdo del Eurogrupo, con más financiación comunitaria sin otra condición que no sea su utilización en la lucha contra la pandemia. ¿Podría haber sido un mejor acuerdo? Claro, pero esa respuesta de Perogrullo no exime de una valoración positiva de lo logrado. Tras el acuerdo, los países del sur de la eurozona y el conjunto de la UE están en mejores condiciones de superar la crisis sanitaria y sus destructivos impactos sociales y económicos. Ha sido una negociación con cesiones mutuas importantes que ha supuesto un avance en la respuesta común a la crisis.”
Europa tiene que dar muestras fehacientes de su dedicación a proteger a las clases trabajadoras y a los sectores sociales más vulnerables
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OTRA COSA: Madrid. Solo había 694 camas UCI (243 en 44 hospitales privados y 451 en 36 hospitales públicos). El día 2 de abril llegó a haber 1520 pacientes en camas de UCI...
OTRA COSA: Madrid. Solo había 694 camas UCI (243 en 44 hospitales privados y 451 en 36 hospitales públicos). El día 2 de abril llegó a haber 1520 pacientes en camas de UCI...
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