Mateo Santamarta Paniagua y María Torres han compartido un enlace. eldiario.es Emilio Silva
Mateo Santamarta Paniagua · La querella argentina ha supuesto un hito que ha permitido visibilizar a las víctimas, señalar a algunos de los verdugos y dar un tratamiento penal en sede judicial a las violaciones de Derechos Humanos de la dictadura franquista.
La querella argentina ha supuesto un hito que ha permitido visibilizar a las víctimas, señalar a algunos de los verdugos y dar un tratamiento penal en sede judicial a las violaciones de Derechos Humanos de la dictadura franquista
Diez años de Querella Argentina: el único juicio en el mundo contra el franquismo
8 de julio de 2002. Mientras se está exhumando una fosa
con los restos de siete republicanos en la localidad leonesa de
Piedrafita de Babia, un representante de la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) entra casi temblando al
juzgado de Villablino, para poner una denuncia por desaparición forzada.
Lleva en la mano impresa una resolución de la ONU, la 47/133, del 18 de
diciembre de 1992, como argumento para solicitar por primera vez una
investigación penal en torno a una fosa de asesinados por los
franquistas. La jueza abre diligencias, hace tomar muestras de ADN y se
ofrece a interrogar a algún posible participante en la ejecución. Así
comienza un camino de empoderamiento de las víctimas del franquismo, que
empezaron rompiendo el silencio y atreviéndose a enunciar, para después
denunciar.
Agosto de 2005. La ARMH exhuma los restos
de Severiano Rivas, alcalde republicano de Castro de Rei, Lugo,
asesinado por los golpistas de 1936. Su hijo, Darío, entonces con 85
años, viaje de Buenos Aires a Galicia y entierra a su padre en un nicho
en el que ha puesto una placa: "Papá: descansa en paz. Te lo pide tu
niño mimado. Darío". Setenta y nueve años después de que fuera
asesinado, el octogenario niño mimado pudo darle a su progenitor una
sepultura digna.
Marzo del año 2008 (...)
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