viernes, 7 de enero de 2022

El remordimiento, de Fernando Broncano

 

En la reciente y abundante historia cultural de las emociones no es fácil encontrar referencias al remordimiento (yo al menos he encontrado muy poco en historia cultural, algo en historia de la filosofía sobre Kant). Se ha escrito mucho sobre la vergüenza, pero este sentimiento puede ser premoral, por ejemplo cuando se siente vergüenza de lo que uno hizo la noche anterior en la fiesta después de haber bebido demasiado. El remordimiento es un dolor interno que se sufre por haber hecho un daño a otras personas que no lo merecían. Los cristianos lo llamaban "dolor de los pecados" y probablemente por esos orígenes religiosos se ha trabajado tan poco, quizás también porque los estudiosos de las emociones adolecen generalmente de supremacía moral y raramente confesarían estar familiarizados con el remordimiento.

El remordimiento no es arrepentimiento: el arrepentimiento pertenece al ámbito del juicio y la decisión (se decide que lo que se hizo o decidió estaba equivocado y usualmente se afirma "nunca más"); el remordimiento es genuinamente una emoción o quizás sentimiento que se activa por la memoria propia y el relato de sí mismo. Es un sentimiento que quiebra la biografía y lleva a una melancolía porque las cosas pudieran haber sido de otra manera.
Si no se ha trabajado en términos individuales, mucho menos en términos políticos: no he encontrado mucho acerca de remordimientos colectivos como pasión política que explique los cambios colectivos de conducta (Jaspers sobre los alemanes, tal vez).
Sospecho que esta desaparición se debe a que el remordimiento es una de las más privada y oculta de las emociones. Es también la menos identificable, quizás se metamorfosea en depresión (y a veces suicidio, como ocurrió con el piloto de la bomba de Hiroshima). En este sentido, se parece mucho a la envidia, que nadie confiesa en primera persona haber sentido jamás. Sospecho también que lo mismo que el miedo se transmuta muchas veces en ira contra el débil, el remordimiento se transmuta en mala fe ("algo habrá hecho", o "lo merecía": el remordimiento produce distorsión de las creencias sobre el otro).
(Por si alguien quiere ideas para investigar)


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