El Ministerio de Cultura tiene previsto elevar al Consejo de Ministros cuatro proyectos para lo que queda de legislatura. Ninguno de ellos relacionado con la reforma de la Ley de Patrimonio Histórico. Así lo recoge el Plan Anual Normativo para 2023, que incluye todas las iniciativas legislativas que los ministerios aprobarán en los no más de diez meses que quedan hasta las elecciones generales. Miquel Iceta, por lo tanto, dejará en el tintero el anteproyecto impulsado por sus predecesores, que contemplaba la prohibición total a la Iglesia de vender a terceros los monumentos que mantiene en su posesión.

Hasta hoy, y según la ley vigente de 1985, el Estado se reserva el derecho de tanteo para la adquisición de monumentos protegidos cuando la jerarquía eclesiástica decida venderlos. Si la Administración pública no activa su derecho prioritario de compra, entonces la Iglesia puede transmitirlos a manos privadas. El cambio que introducía el anteproyecto, presentado el pasado año por el exministro José Manuel Rodríguez Uribes, daba un giro radical a la situación jurídica de ese tipo de bienes culturales al establecer una restricción absoluta en su disposición por parte de los obispos.

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El texto introducía un nuevo apartado en el artículo 19 que decía literalmente lo siguiente: "Los bienes inmuebles declarados de interés cultural que estén en posesión de instituciones eclesiásticas no podrán transmitirse por título oneroso o gratuito ni cederse a particulares ni a entidades mercantiles". Estos monumentos, según el borrador de la nueva ley, sólo podrían ser "enajenados o cedidos al Estado, a entidades de derecho público o a otras instituciones eclesiásticas".