viernes, 6 de septiembre de 2024

El impulsor de la denuncia contra el presidente ultra del Parlament balear: "Ofende a las víctimas del franquismo", de Esther Ballesteros - Francisco Ubilla

 Esther Ballesteros / Francisco Ubilla   Mallorca — 

El pasado 18 de junio, el Parlament balear vivía uno de sus momentos más convulsos. Mientras se debatía la derogación de la Ley balear de Memoria Democrática, el presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne (Vox), desataba la polémica al romper con furia el retrato de Aurora Picornell y de Antònia y Maria Pascual, activistas republicanas fusiladas por el franquismo la noche de reyes de 1937. El episodio provocó una oleada de reacciones dentro y fuera de las islas y numerosas peticiones de dimisión que hasta el momento no han encontrado respuesta: con la anuencia del PP, el polémico parlamentario de extrema derecha permanece enrocado en el sillón de la presidencia a la espera de la presumible celebración de un pleno extraordinario en el que se dirima su destitución. Mientras tanto, los familiares de las conocidas como 'rojas del Molinar' y entidades memorialistas ya han puesto los hechos en conocimiento de los tribunales y un colectivo, Estimada Aurora, ha nacido al albur de lo sucedido en el Parlament.

El impulsor de la iniciativa es el abogado Sebastià Frau, quien decidió aunar a decenas de personas indignadas por el gesto de Le Senne, movidas, principalmente, por “un sentimiento de dolor y pena”. En una entrevista concedida a elDiario.es, Frau asevera que los hechos constituyen un delito de odio por el que Estimada Aurora ya ha interpuesto querella dado que Le Senne “no solo está ofendiendo e injuriando” a las tres mujeres, sino también “a todas las víctimas de la represión franquista”. Sobre la derogación de la Ley balear de Memoria Democrática, cuya supresión se encuentra en el aire tras la ruptura de los pactos autonómicos de gobernabilidad entre PP y Vox, el letrado considera que sería un grave error y asevera que, transcurridos casi 50 años desde la muerte de Franco, “no se les ha pedido perdón a las víctimas”. “El postfranquismo en esto ha sido un auténtico fracaso”, sostiene.  

¿Cómo surgió Estimada Aurora?

No sé si está bien decirlo, pero se me ocurrió esta iniciativa mientras nos dirigíamos a la concentración que se convocó frente al Parlament después de que sucedieran los hechos. Iba con mi compañera y con una amiga en común. De repente dije: “Hay que hacer algo más, hay que poner una querella”. Y la respuesta de las dos fue entusiasta. A partir de ahí llamé a otra amiga que es ágil a más no poder en la toma y ejecución de las decisiones y le pareció una magnífica idea. “Hay que movilizarse”, respondió.

Lo que teníamos claro es que no había que quedarse quietos. La idea fundamental de la querella era que había que hacer algo. No nos conformamos con responsabilidades políticas. La sociedad civil debe organizarse y la idea tuvo un magnífico acogimiento. No hicimos una gran difusión porque tampoco teníamos tanto tiempo, pero la gran parte de las personas a las que se lo comentábamos contestaban que sí. Otros decían que no podían porque conocen a Le Senne y lo consideraban un compromiso. Y hubo un momento en que nos paramos y dijimos 'basta'. Somos 53 personas y no podemos gestionar a tanta gente, los pagos para la querella, las comunicaciones... Ha habido incluso algunas que nos han dicho: “Si lo hubiera sabido...”.

¿Qué perfil de ciudadano se ha volcado en la causa?

Abundan mucho los trabajadores sociales. También hay médicos, abogados, un exjuez [en alusión al exmagistrado y exvicepresidente del Govern balear Juan Pedro Yllanes], profesores de Primaria, de Segundaria y de la Universidad, psicólogos, biólogos, sociólogos... Hay un abanico muy amplio de profesionales que se sienten involucrados y a quienes les han movido la indignación y un sentimiento de dolor y pena. Porque hay que saber quién es Aurora Picornell y quiénes son las 'rojas del Molinar'. Por eso ha sido muy fácil atraer voluntades, la gente se ha mostrado entusiasta con la iniciativa, pero es un entusiasmo teñido de pena y de dolor.

¿Cree que el gesto de Le Senne fue accidental, como alega él mismo?

Qué va, no lo creo en absoluto. El gesto de Le Senne fue un gesto coherente con su manera de pensar: 'Si yo justifico el franquismo y su represión como hace mi partido y si mi partido la trivializa, yo también'. Entonces, en coherencia con esto, su impulso fue decir 'basta, esto ya no lo aguanto más' y arrancar la fotografía. El hecho en sí fue totalmente voluntario, era consciente de lo que estaba haciendo, lo que es totalmente impropio también de un presidente, de cualquier parlamentario, pero más del presidente del Parlament.

En una entrevista concedida a elDiario.es, la diputada Pilar Costa se preguntaba qué pasaría si estuviéramos en Alemania y un presidente de un parlamento hubiera roto las fotos de víctimas del nazismo...

Es que es algo terriblemente grave y absolutamente intolerable. Hay que saber que estas mujeres ―porque siempre hablamos de Aurora, pero fueron cuatro más (las hermanas Antònia y Maria Pascual, Catalina Flaquer y Belarmina González)― fueron asesinadas de forma salvaje muy probablemente después de ser violadas, como apuntan los historiadores y los estudios forenses. No fueron fusiladas, como se dice, de forma equívoca. A Aurora le encontraron tres heridas de bala en el cráneo. Eso no es un fusilamiento. Y, además, las cinco mujeres son un icono para Mallorca y cuentan con un reconocimiento público.

Hay que pensar que Aurora Picornell fue declarada hija predilecta de Mallorca, tiene un instituto de educación secundaria con su nombre, una calle y un monumento en un lugar público. Con ello se le han querido reconocer sus valores de defensa de la igualdad, sus valores feministas, de lucha, por los derechos de los trabajadores. Estas mujeres personifican y representan unos grandes valores de solidaridad y libertad que la sociedad ha reconocido. Y este señor arrancó la foto, la destrozó y quiso cargarse la historia. Una historia que los mallorquines, casi diría que con independencia de su ideología, veneran. Debemos respetar lo que significan estos reconocimientos y mucho más la segunda autoridad de las islas.

Un concejal de Vox en el Ajuntament de Alcúdia señalaba hace unas semanas que Picornell no fue asesinada, sino que murió durante la guerra...

Esto es ignorancia, porque en Mallorca no hubo guerra ni combates. En Mallorca lo que hubo fue una represión descarnada. El levantamiento franquista triunfó desde el primer minuto cero bajo el control del general Goded, que decía que iba a pasar por las armas a todo aquel que se manifestase en contra del alzamiento. Y solo hubo combates en la zona de Portocristo que duraron una semana con el desembarco de Bayo, en agosto de 1936. El asesinato de Picornell se produjo en la noche de reyes de 1937. Por lo tanto, pasaron ocho meses sin ningún tipo de combate. Por tanto, no fue víctima de una guerra, fue víctima de la represión, de la represión oficial, porque su puesta en libertad [lo que se conocía como las 'sacas': los presos eran 'liberados' y, conducidos bajo engaño por grupos de falangistas, acababan asesinados principalmente en las cunetas de las carreteras] fue firmada por el gobernador civil Torres Bestard. 

Aunque aún se encuentra en una fase incipiente, ¿cómo espera que se desarrolle el proceso judicial contra Le Senne?

Nosotros esperamos que prospere, porque la querella que hemos presentado creemos que está bien fundamentada y que el hecho cometido encuadra muy bien en el artículo 510.2 a) del Código Penal, que es el que la jurisprudencia tipifica como injurias colectivas, que se pueden focalizar en personas individuales, y que genéricamente se llama delito de odio. En realidad, [Le Senne] está ofendiendo e injuriando a un colectivo de personas que son las cinco mujeres, pero también a todas las víctimas de la represión franquista, las está juzgando de una manera clara motivado por las ideas de ella. “Como yo no las tolero, las injurio, las ofendo, las humillo, las desconsidero”.

Tras la ruptura de los acuerdos autonómicos de gobernabilidad entre PP y Vox, en Balears se encuentra en el aire la derogación de la Ley de Memoria Democrática, ¿qué cree que sucederá?

No sé que acabará pasando. Lo que sí sé es que si la derogan será un grave error. Hay que fijarse en una cosa: Franco hace casi 50 años que murió. Y 50 años más tarde no se les ha pedido perdón a las víctimas por los agravios. Aún se cuestiona su reparación. Y el espectro político no está unido en esto. Hay políticos del PP que han dicho que las víctimas solo van a buscar las correspondientes indemnizaciones. Aún hay gente enterrada o abandonada en las cunetas, hay muchísima gente que no ha sido encontrada. Y cada vez será más difícil porque cada vez quedan menos parientes. Es decir, el postfranquismo en esto ha sido un auténtico fracaso, porque las leyes [de memoria histórica] han llegado hace relativamente muy pocos años. Y mientras tanto se les dice a las víctimas: “Aguantaos con vuestra desgracia, que aquí no pasa nada”.  

Y a olvidar...

A olvidar y que no se reabran heridas, dicen. Pero la cuestión no es que no haya que reabrir heridas, es que la herida no está cerrada. Estas personas fueron asesinadas, presionadas, maltratadas de mil maneras y no han recibido aún el reconocimiento público que se merecen. Y esto podríamos decirlo también de los que fueron asesinados por el franquismo no precisamente en los años 40. También hubo asesinados en 1974, cuando a Franco le quedaban pocos meses de vida [en alusión, entre otros, al anarquista catalán Salvador Puig Antich]. Y hasta ahora no ha sido posible de forma nítida pedir disculpas, reconocer las atrocidades del franquismo. Ha sido posible a medias, no de manera definitiva. Hay partidos que trivializan la represión y dicen que tampoco fue para tanto o que no quedaba otro remedio. No, las heridas no se han cerrado. La democracia que sucedió al régimen franquista no ha efectuado una reparación abierta, sincera, no ha pedido perdón ni ha reparado a las víctimas. 

Vox quiere sustituir las normativas en favor de la memoria democrática por lo que denominan las “leyes de concordia”.

Su argumento es que en el otro bando también hubo represión. Pero la enorme diferencia es que en el otro bando [el sublevado] sí que han recibido reparaciones, honores, empleo y todo lo que fue necesario para poder decir: “Estuvisteis en el lado bueno de la historia. Por tanto, vamos a retribuiros y a reconocer vuestros honores”. Esa es la gran diferencia, que un bando reparó y honró a sus víctimas y el otro bando no pudo hacerlo.

¿Tienen prevista alguna iniciativa más en los próximos meses?

Lo que vamos a hacer es persistir en nuestra idea de que lo que hizo Le Senne es un delito y va a ser sancionado. Lo hemos dicho en público y lo volvemos a repetir, las vicisitudes políticas por las cual pase nos dan absolutamente iguales. Si dimite, si no dimite, los pactos que haya o no haya para solventar esta cuestión. Lo que nosotros consideramos es que se ha cometido un delito desde el Parlament por parte de la segunda autoridad de las Illes Balears y vamos a persistir hasta el final.

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