Ante la política actual de Salvini hacia los migrantes, Cristina Morini retoma la figura de Antígona y la 
idea necesaria de la desobediencia
 
 
 
 
 
Nace, una vez más, hoy mismo y aquí mismo, la idea necesaria de la 
desobediencia y del coraje, que es también la del orgullo de encarnar 
una idea diferente del mundo y de las relaciones sociales. Debe 
denunciarse el problema ético y político de este país que se desplaza 
hacia la deshumanización, no queriendo acoger ni a los vivos ni a los 
muertos. No aceptar, no habituarse al horror, teniendo presente que esto
 ha pasado ya y que no se puede volver a correr el riesgo de ser 
cómplices. Rechazar ritualizar la catástrofe, permaneciendo como 
espectadores y espectadoras desde la orilla; encontrar, por el 
contrario, palabras y acciones para imaginar y construir un epílogo 
diferente. En primer lugar, entender y así combatir las actitudes que 
normalizan y nos llevan a aceptar las diferencias sociales y las 
múltiples injusticias, refugiándonos en una farsa de tranquilidad “que 
no basta para hacer buena una vida mala” (Liana Borghi)
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OTRA COSA:  
 Grecia, el país sin esperanza, de Ana R. Cañil.
 
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