El cardenal y arzobispo de Valladolid ha
señalado que la gente desea "contribuir con su esfuerzo al bien de la
sociedad" y que estar "subvencionados" no se lo va a permitir.
Blázquez ha apelado a la solidaridad para aliviar los efectos sociales y económicos de la pandemia, como la pérdida del empleo, que, en su opinión, se podría paliar con la distribución del trabajo disponible, ya que «no es el ideal vivir subvencionados».
Son llamativas estas declaraciones cuando la Iglesia Católica lleva subvencionada desde hace años, recibe alrededor de 250 millones de euros gracias a la casilla en la declaración de la renta de este año y eso es solo una pequeña parte de los más de 11.000 millones de euros que el Estado aporta anualmente a la Iglesia católica, según Europa Laica.
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Las actividades pastorales, que habrían de considerarse como actos privados (Bautizos, Comuniones, Bodas, Funerales, etc.), la Iglesia católica apunta que supusieron un impacto socioeconómico de casi 5.000 millones de euros de impacto total en el IPB (0,47%) y la creación de 62.382 empleos totales generados.
«Una parte de los impuestos de quien marca las casillas se detrae de lo común para financiar en situación de privilegio a organizaciones particulares como la Iglesia católica y demás entidades», señala el colectivo laicista. Un Ingreso Mínimo Vital al clero desde hace décadas.
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