jueves, 20 de mayo de 2021

La guerra del fútbol como metáfora, de Joan Coscubiela

 ELDIARIO.ES    Joan Coscubiela   20 de abril de 2021


La guerra del fútbol como metáfora


He de reconocerles que no tengo ni idea de fútbol, a pesar de que me lo paso muy bien viendo esos partidos vibrantes con jugadas que parecen trucos de magia hechos con los pies. Sobre todo disfruto cuando uno de los equipos modestos le gana a uno de los grandes. Debe ser mi querencia por los "perdedores" de la vida o quizás el profundo desprecio que siento por los "triunfócratas", que en el fútbol abundan. 

He dudado sobre la oportunidad de meter la nariz en este debate. Pero mientras dudaba, he recordado las reflexiones de Daniel Innerarity en "Una teoría de la democracia compleja", recuperadas después en sus artículos con motivo de la pandemia. En democracia los debates no deben restringirse a los expertos. Entre otras cosas porque, además del conocimiento experto, la toma de decisiones debe atender a los diferentes intereses en juego. 

(...)  La Superliga es la respuesta de unas empresas globalizadas - los 12 clubs fundadores- a la crisis del negocio, fruto de la explosión de la burbuja de los derechos de televisión. Una burbuja que ya había comenzado a deshincharse antes de la pandemia y que la crisis de la Covid-19 ha pinchado del todo. Nos lo podrían explicar muy bien Jaume Roures, Tatxo Benet o los afectados por los efectos colaterales de los negocios de Mediapro en Francia. 

Cómo sucede en otros ámbitos, los clubes ricos y endeudados pretenden salir de esta crisis haciendo pagar los costes a los clubes más modestos.  

Se trata de un caso paradigmático de secesión de los ricos. Una secesión que pasa por la construcción de un gueto, en este caso deportivo, como sucede en otros ámbitos, por ejemplo, el urbanístico. Durante décadas hemos hablado de guetos refiriéndonos a los barrios pobres. Cada vez más, los guetos son de ricos que no quieren compartir sus vidas, riesgos e incertidumbres, ni con los pobres ni con las llamadas clases medias. (...) 

No hay comentarios: