El pasado 1 de marzo, el Boletín Oficial de Castilla y León publicaba la propuesta de un proyecto minero afincado en la zona norte de Segovia. Un plan, aún en revisión, impulsado por una empresa gallega, Emrisa, con el que se pretende extraer cuarzo del subsuelo durante los próximos años. Todo ello en un proceso de extracción a cielo abierto que, de ver la luz por parte de la Junta, abarcaría 97 cuadrículas mineras, una superficie equivalente a 2.785 hectáreas de las que al menos, 1.692 hectáreas serán explotables, el equivalente a más de 2.000 campos de fútbol.

La planificación minera, según consta en los documentos publicados por el Gobierno castellano y leonés, se asienta en un enclave territorial que afecta a una comarca de seis municipios: Barbolla, Sotillo, Castillejo de Mesleón, Cerezo de Arriba, Cerezo de Abajo y Duruelo. Esta circunstancia ha hecho desatar los temores entre vecinos y políticos locales, en tanto que llevan cerca de un mes recogiendo firmas para presentar alegaciones al proyecto.