sábado, 25 de septiembre de 2021

Un mundo sin religiones, un mejor lugar para las mujeres, de VÍCTOR SALMERÓN

 NUEVATRIBUNA.ES   25/8/21   VÍCTOR SALMERÓN  

Resulta difícil definir con precisión en qué consiste la religión. Por lo que parece necesario intentar acercarse hasta su raíz: "Etimológicamente, el vocablo religión proviene del latín religĭoreligiōnis, que a su vez procede del verbo religāre. Este se forma del prefijo re, que indica repetición, y del vocablo ligare, que significa 'ligar  o amarrar' ("Significado de Religión", 2021). Por otro lado, "las religiones instituidas aparecieron por primera vez tras la revolución neolítica, que supuso el asentamiento de los grupos humanos, la división del trabajo, el desarrollo de la agricultura y, con ella, mayor tiempo de dedicación a la observación de la naturaleza" ("Significado de Religión", 2021). El número de los individuos creyentes es extremadamente grande: "el cristianismo (2.100 millones), el islam (1.900 millones) y el budismo (1.600 millones)".


¿Qué es la religión?

A grandes rasgos se podría definir como “el resultado del esfuerzo del ser humano por contactar con el más allá (¿Qué es la religión?, 2021). La experiencia religiosa proporciona explicaciones globales e interpretaciones acerca del mundo”. Ampliando un poco más la definición se puede decir que la religión es un conjunto de creencias y costumbres fundamentadas en una determinada divinidad con la capacidad de regir la vida de las personas que la siguen y la adoran. Una religión, a través de su principal texto sagrado, establece sus principios morales y decide qué está bien, qué está mal y qué objetivos se deben perseguir en la vida.

La función principal y real de la religión es hacer que el ser humano se acerque a dios pues según sus criterios esto le concederá una vida más plena y profunda, ya que separado de dios el hombre y la mujer no pueden, aunque así lo deseen, ser felices ni experimentar trascendencia alguna.

¿Qué busca la religión?

Busca, en efecto, que los convertidos adopten, asimilen e introduzcan como constitutivo a su subjetividad el contenido religioso conformado este en general por un conjunto de creencias, máximas morales, criterios éticos, símbolos y cultos que representan a la religión oficial a la que pertenecen. Gracias al adoctrinamiento, hacen de sus fieles mansos corderos, a saber, entes fáciles de manipular. La única forma de hallar gracia a los ojos de los líderes de una religión es, sin duda, sometiéndose enteramente a los dogmas que la religión, y de los que ellos son sus guardianes, gratuitamente defiende.

El propósito de la religión

La religión en sí tiene un propósito u objetivo y ese es básicamente el siguiente: intentar que sus seguidores encuentren la paz interna y externa. En todo caso, la supuesta paz que experimentan los religiosos no es más que el resultado del lavado de cerebro sistemático que sufren. La religión modifica la forma de pensar de sus fieles: los llena de un falso moralismo, optimismo y una falsa alegría.

En verdad, las religiones podrán teóricamente declarar, como lo hacen las principales en el mundo, que intentan objetivar los ideales morales más nobles que existen; sin embargo en la práctica son monstruos repugnantes que se alimentan del odio, la venganza, el resentimiento, la envidia, la impotencia y de cualquier otra emoción represiva. Por eso no es de extrañar que la guerra esté tan estrechamente vinculada con el fenómeno religioso (...)

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