El programa ha sido objeto de críticas en numerosas ocasiones. El reciente fichaje de David Broncano para RTVE ha puesto el foco sobre los contenidos que se financian desde la televisión pública.
'Masterchef', patio de juegos de ultras, cocina de bulos y ...
Cómo gasta RTVE el dinero del contribuyente es una preocupación en aumento. El fichaje de David Broncano por 14 millones de euros ha sido la comidilla de las últimas semanas. El tono irreverente de La Resistencia y su coste ha generado el debate sobre su idoneidad en la cadena pública. Del mismo modo, el foco se ha extendido a los demás contenidos que se financian desde las arcas. El actual escepticismo ha puesto MasterChef en el punto de mira.
De acuerdo con los últimos datos que ha revelado Público, cada uno de los tres presentadores cobra 10.000 euros por programa. Además, el presupuesto de MasterChef Celebrity para 2024 asciende a los 100.000 euros por programa, según se han hecho eco algunos medios.
El programa lleva en antena más de diez años y ha sido objeto de críticas en numerosas ocasiones. La más reciente ha tenido lugar este mes, cuando un concursante aseguró que la Tierra es plana. Este momento causó un gran revuelo en redes, donde muchos usuarios denunciaron que MasterChef permite difundir desinformación. Otros se preguntaron por qué estos contenidos son financiados con dinero público.
El terraplanismo no es la única relación del programa con concursantes que niegan la evidencia científica. En 2021, MasterChef Celebrity incluyó en su parrilla a Victoria Abril. La actriz afirmó ante los medios durante los Premios Feroz de aquel año que "tenemos más muertos con vacuna que sin vacuna". Algo que fue desmentido por los expertos epidemiólogos.
El patio de juegos de la (ultra)derecha mediática
Tampoco la ganadora de un Goya y destacada antivacunas es la única celebridad que ha generado conflictos en el plató del programa. La edición de 2022 comenzó con la presencia del ultra Juan García Gallardo, el vicepresidente de Castilla y León por Vox. Ante la polémica, el periodista gastronómico Mikel Iturriaga recordó por X —antes Twitter— que MasterChef sirve como "difusor de valores ultraconservadores".
En el mismo año, Isabel Díaz Ayuso hizo su aparición para un especial navideño. Es cierto que Natividad es su segundo nombre, pero su participación, a unos meses de las elecciones autonómicas de 2023, levantó las sospechas de la audiencia más crítica. Además, el anuncio de este especial tuvo lugar durante una huelga de médicas que protestaban por la falta de atención de la presidenta madrileña.
El secreto está en los jueces
Los invitados no son los únicos con vínculos ultraderechistas. Los presentadores también han desvelado un rostro conservador fuera del plató. Samantha hereda sus apellidos de Antonio Vallejo Nágera, un psiquiatra franquista que estudió a los prisioneros de guerra para buscar el gen rojo, es decir, qué malformación lleva al marxismo. Al margen de esto, lo cierto es que la presentadora ha generado polémica en varias ocasiones con algunos comentarios en contra del aborto y la igualdad de género.
El también cocinero Pepe Rodríguez ha tenido comentarios menos incendiarios, aunque defendió la presencia de Vox en el programa bajo la premisa de que es un espacio plural. No obstante, Jenaro Castro le preguntó en su programa a quién llevaría a un hipotético Masterchef que se hiciera solo con políticos. El jurado contestó que llevaría a todos menos a Pablo Iglesias.
Jordi Cruz ha realizado menos declaraciones políticas, pero se caracteriza por su mano dura. En la hemeroteca queda la denuncia ante Inspección de Trabajo por tener becarios sin cobrar en su restaurante de Barcelona. El mismo cocinero se jactó de tener a la mitad de los aprendices trabajando gratis. "Podría tener solo a 12 cocineros contratados y el servicio sería excelente, pero si puedo tener a 20, será incluso mejor", afirmó en 2017.
La tríada de presentadores también ha protagonizado escándalos conjuntos. El último fueron las bromas que hicieron el pasado septiembre sobre el beso sin consentimiento de Luis Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso. Los jueces comentaron que la nueva edición sería la de "los piquitos" y, entre risas, que igual invitarían al expresidente de la RFEF el año próximo.
La olla se va, pero la presión se queda
Además, Jordi Cruz comparó la agresión de Rubiales contra Hermoso con la controversia por la salida de Patricia Conde de MasterChef. "Se puede jugar un gran mundial y que al final solo se acabe hablando de una chorrada. El año pasado nos pasó esto: fue un gran programa y al final solo se habló de una estupidez", declaró.
La humorista fue la cuarta expulsada de la séptima edición, pero consiguió una repesca y la proclamaron finalista. Pese a ello, decidió abandonar los fogones porque la presión del programa la llevó a la extenuación. "Patricia ha sido una absoluta decepción", sentenció entonces Jordi Cruz. Pero la actitud de Conde sirvió de inspiración para denunciar "la cultura de la competición salvaje", como la definió Iñigo Errejón.
La salida de Patricia Conde sucedió en una edición después de que Verónica Forqué hiciera lo mismo. "No me encuentro bien, estoy agotada", explicó a los presentadores en una llamada. " Qué lástima, siento no poder estar a la altura pero es que no puedo, el cuerpo no puede, no puedo con mi alma", concluyó. La actriz fue hallada muerta poco después. La noticia conmocionó al mundo de la cultura y puso en el centro la conciencia por el bienestar emocional. Pero también avivó las críticas por la presión a la que MasterChef somete a sus concursantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario