Alberto Garzón Espinosa 10/6/2024
El veto a Irene Montero, la incomodidad de los partidos, la marcha de Podemos del grupo parlamentario y la confrontación electoral de los últimos meses, todo lo cual se elevaba ya sobre un fondo de guerra fría, apuntaba al fracaso de este intento de reencuentro. La dimisión de Díaz como coordinadora de Sumar supone el reconocimiento orgánico de este punto
— Yolanda Díaz dimite como líder de Sumar tras los resultados de las europeas
He de admitir que la campaña electoral me dejó un regusto amargo. Desconectado de las salas de máquinas en las que he estado tantos años, e incluso sin comunicación con quienes ahora están allí, estoy siguiendo la política con la mirada crítica de cualquier otro ciudadano interesado en nuestro devenir como sociedad. Pero precisamente por la naturaleza de mi reciente trayectoria, no puedo sino sentirme en parte responsable de un panorama que me preocupa.
En mi valoración de la última década identifico tres momentos políticos que se inspiran en mi propia experiencia política. La primera, que va desde 2011 a 2014, fue el tiempo de la indignación y la movilización contra la política de recortes impulsada por la mayoría absoluta del Partido Popular y la agenda neoliberal europea. La segunda, desde 2014 hasta 2018, fue el tiempo de la esperanza en que España podía realmente cambiar el sistema político y económico reforzando lo público y lo común, y dejando por fin atrás los seculares tiempos de corrupción, clientelismo y monarquía. La tercera, desde 2018 hasta la actualidad, ha sido el tiempo de la resistencia ante el creciente poder cultural, social e institucional de los elementos más reaccionarios. Las fechas no tienen por qué ser exactas, y otros podrán clasificar las etapas legítimamente de otra manera, pero creo que se entiende bien que el espíritu ha sido muy distinto en cada uno de los tres momentos que señalo (...)
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