Igual que ocurre con otras
identidades como el género, la etnia, el lugar de origen o la ideología
política, también la intensidad de nuestra conexión con la Naturaleza
interviene en la manera en la que modelamos nuestra identidad
La idea del "yo ecológico" o "
ecoself" fue introducida para conceptualizar esa interconexión por el filósofo Arne Næss, impulsor del movimiento de la
ecología profunda.
El término hace referencia a la consciencia de un yo mucho más grande
que nuestro estrecho ego, que se expande para incluir a todas las otras
formas de vida y a la Naturaleza como un todo. Para Næss, la experiencia
de esa identidad ampliada disuelve la frontera entre el "yo" y el/lo
"otro". De este modo, se favorece de manera natural e intuitiva un
comportamiento responsable, haciendo innecesario el altruismo en el
fondo: "si tu yo (en sentido amplio) incluye a otro ser, no necesitas
ninguna exhortación moral para mostrar cuidado. Seguramente te preocupas
por ti mismo sin sentir ninguna presión moral para hacerlo"[1] (...)
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