lunes, 23 de septiembre de 2019

La violencia de la extrema derecha no para de aumentar: ¿por qué no genera indignación?

Paquita Caminante ·    eldiario.es      Owen Jones  -  25/08/2019
El auge de la violencia ultraderechista no genera la misma clase de discusión pública que otros tipos de terrorismo, ya que se sustenta de la retórica de los medios de comunicación y políticos influyentes, como Nigel Farage y Donald Trump
La extrema derecha minimiza los ataques a los grupos minoritarios al crear una "falsa equivalencia" entre un atentado letal y la humillación pública de sus partidarios

(...) La extrema derecha se siente envalentonada, legitimada y más violenta que nunca, y los crímenes de odio no paran de aumentar. Cuando hablamos de terroristas islamistas fundamentalistas, nos preguntamos: ¿Quiénes son los religiosos que los radicalizan en mezquitas o en internet? Es necesario que se genere un debate similar en torno al terrorismo de extrema derecha por una razón muy sencilla: quienes alientan este tipo de violencia son políticos, analistas y medios de comunicación hegemónicos.
Pensemos en la escala de la amenaza. La extrema derecha siempre ha tenido dos enemigos principales: las minorías y la izquierda política. Nada ha cambiado. Hace ocho años, el terrorista noruego de extrema derecha, Anders Breivik, asesinó a docenas de personas, mayormente jóvenes socialistas, en la isla de Utøya. ¿Sus motivos? La lucha de la izquierda contra el racismo representaba, para él, el motor de lo que describió como "islamización" y por ende la destrucción de la Europa cristiana. Esta fue una expresión especialmente violenta de una teoría conspirativa que persiste en la extrema derecha y, si bien muchos adolescentes murieron en esa isla noruega, esta narrativa no pereció. Según esta mentalidad, las personas de izquierda traicionan a sus naciones, buscando destruirlas mediante la inmigración en masa de personas culturalmente hostiles, y son consideradas aliadas de un enemigo muy odiado: el islam como una religión demonizada y los musulmanes como pueblo.
Los terroristas de extrema derecha se alimentan de odio y éste a menudo es avivado por las élites, cuando les conviene. El reciente ataque terrorista en El Paso, en el que murieron personas de origen latinoamericano, no se puede disociar de la sistemática demonización de los inmigrantes mexicanos que llevan a cabo los medios de comunicación y los políticos republicanos, y que ahora lleva adelante de forma encarnizada el presidente de Estados Unidos, llamándolos violadores y criminales (...)

 

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