Aristos Veyrud ha compartido un enlace en el grupo Teología de la Liberación. · actualidad.rt.com 1 ago 2019 Luis Gonzalo Segura
Hace escasas semanas, a finales del mes de junio, un padre —Óscar Alberto Martínez Ramírez— y su hija pequeña —Valeria—, menor de dos años, fallecieron al intentar cruzar el río Bravo, cerca de la ciudad mexicana de Matamoros, para llegar a Estados Unidos. La imagen es absolutamente desgarradora. El padre yace bocabajo, medio cubierto por las aguas y semidesnudo por acción de la pequeña, que quedó todavía abrazada a la cabeza de su progenitor. Como si hasta en la muerte hubiera querido estar junto a su papá.
Para muchos es imposible contener las lágrimas al ver la instantánea y pensar en la angustia que debieron padecer, en lo injusto que es que un padre y su hija —con solo 23 meses— fallezcan por la desgracia de una frontera. De una Administración que les impide llegar a un país en el que la mayoría de los residentes arribaron huyendo de la pobreza o soñando con un mundo mejor.
Ese mundo mejor es el capitalismo, el mundo del negocio y el show. Y en ese mundo, ahora regido por los designios de un sujeto que pasará a la historia y no precisamente para bien, Óscar y Valeria ni tan siquiera han servido para evitar más muertes o para que las que les precedieron —como los dos bebés, una niña y una mujer fallecidas en el valle del Río Grande por el calor extremo— tuvieran algún sentido (...)
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