lunes, 7 de marzo de 2022

El estadio de fútbol fantasma que explica el conflicto de Ucrania

⚽ El mejor equipo de Ucrania, el Shakhtar, llevaba 8 años jugando exiliado con un propietario que intentaba jugar a dos bandas entre Moscú y Kiev
Por Toni Padilla

(...)  Ajmétov fue más listo que Bragin al aprovechar las privatizaciones posteriores a la caída de la Unión Soviética para hacerse rico. En 10 años pasó de vender botellas de Coca-Cola en la calle a ser el hombre más rico del país. Compraba empresas, edificios, televisiones, y se convirtió en el gran magnate en el sector de la energía, controlando empresas que gestionan electricidad y gas. También compró todas las minas de carbón del Donbás, aunque perdían dinero, solo para poder mantener con trabajo a cientos de mineros y convertirse así en una figura querida en una región donde todo el mundo hablaba ruso. Una de las regiones mineras más importantes de Europa, en la frontera entre Rusia y Ucrania, que vivía una grave crisis económica, ya que el carbón se terminaba. Y donde se miraba con cierta inquietud el ascenso al poder en Kiev de un nacionalismo ucraniano poco arraigado en la zona.

Las dos almas, cara a cara

Fundado en Donetsk en 1997 para defender los intereses de los rusos de Ucrania, el Partido de las Regiones fue la respuesta para favorecer los deseos prorrusos. Un partido que dependía económicamente de Ajmétov, quien controlaba el destino de más de 300.000 trabajadores en todo el país. El ascenso de ese partido al poder coincidió con el crecimiento deportivo del Shakhtar. No era casualidad. Ajmétov empezó a fichar a brasileños para derrotar al histórico Dinamo de Kiev. Una forma gráfica de dejar claro quién mandaba. Durante muchos años, los partidos Dinamo de Kiev-Shakhtar enfrentaban dos ideas de país. Dinamo era el club del nacionalismo ucraniano y Shakhtar, el de los prorrusos. Ambos, con oligarcas detrás que defendían sus intereses. Los hermanos Surkis en el Dinamo y Ajmétov en el Shakhtar (...)


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