"España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural de la 

balanza comercial" ya que "la producción nacional no llega a cubrir las 

necesidades internas, en particular las de la industria de elaboración de 

piensos para consumo animal", señala el Ministerio de Agricultura en su 

web oficial, en la que añade que "la necesidad de abastecer el mercado nacional 

obliga a los operadores españoles a acudir a los mercados internacionales

principalmente comunitarios, para suplir el déficit de producción a través de 

las importaciones".

Ese cuadro de dependencia del exterior está provocando una creciente inquietud 

en el cada vez más industrializado sector agropecuario y en el potente aparato 

comercial que se ha ido desarrollando a su socaire hasta encajarlo de lleno en 

los globalizados esquemas de funcionamiento de la agroindustria, que llevan 

a que en España se produzca buena parte de la carne de cerdo que importa China 

con cereal llegado de, por este orden, Francia, Brasil y Ucrania. De este último 

país sale entre la sexta y la séptima parte del grano con el que se fabrica el pienso 

que comen los animales de abasto en las macrogranjas españolas.

Las magnitudes que se manejan en el sector ganadero español, que ya es el 

principal productor mundial de porcino con 58,5 millones de animales sacrificados

cuyas canales sumaron 5,2 millones de toneladas el año pasado y se encuentra 

entre los de cabeza en aves (789 y 1,63) según datos de la Encuesta de Sacrificio 

de Ganado del Ministerio de Agricultura, incluyen, según los registros de la Cámara 

de Comercio, la exportación de más del 40% de la carne de cerdo (2,2 millones de

toneladas), más de la quinta parte de la de cerdo (158.477) y una de cada siete aves (242.118).

Ese flujo de exportaciones generó en 2021 una facturación conjunta de 6.587 

millones de euros, más del 80% procedente del porcino, con China como principal 

destino (2.022 millones en carne de cerdo). En la cartera de clientes predominan 

los países europeos, pero también aparecen otros como Japón y Corea del Sur, 

destinatarios de 139.000 y 112.000 toneladas de carne de porcino; Grecia con casi 

18.000 de vacuno; y Sudáfrica o Benín con 36.800 y 13.200 de pollo (...)