miércoles, 9 de marzo de 2022

Las memorias del bibliotecario clandestino de Mauthausen. Por Jordi de Miguel

 9/2/22

Pagès Editors recupera las memorias inconclusas del exdeportado Joan Tarragó, acompañadas de las reflexiones de su hijo Llibert.

Por Jordi de Miguel


(...) Hace sólo un año que las pesadillas que le asedian desde que salió del campo se han despejado. Con sus hijos y sus nietos en la cabeza, quiere que sus palabras formen "un granito de arena que impida el resurgimiento de la criminal bestia nazi". Siéntate en la mesa y escribe.

Heredar la memoria

No era la primera vez que Joan Tarragó (El Vilosell, Lleida, 1914 - Brive-la-Gaillarde, 1979) lo intentaba. Siete años antes le había pedido a su hijo Llibert, entonces un joven proyecto de periodista, que escribiera sus memorias. "Pero yo pensaba entonces en hacer mi vida. Y, por otra parte, había oído tantas historias de horrores escondido tras la puerta…", dice Llibert a Público.

Ahora, en Heretar Mauthausen, Pagès Editors ha recuperado las memorias de uno acompañándolas con las reflexiones del otro. Las primeras, inconclusas ("Entonces ya estaba muy cansado, mamá le decía que parara", explica Llibert), relatan de forma vívida la entrada a Mauthausen y la organización del campo, y se acompañan de una ficha biográfica que el propio Tarragó escribió de forma paralela. Síntesis: en 1931 ingresa en las Juventudes Libertarias en Madrid, un año después, en el Partido Comunista de Catalunya; en 1936 es nombrado responsable de las Milicias Antifascistas de UGT en Tarragona, el 9 de agosto marcha al frente de Belchite; en 1939 sufre las calamidades del campo de Setfonts. El 23 de enero de 1941 entra en Mauthausen.

Como una delicada membrana, las reflexiones del hijo recubren los textos del padre con una prosa íntima y serena, impregnada de citas y pulso literario. Llibert Tarragó transita los meandros de la memoria, deteniéndose en la presencia fantasmagórica que ya de niño intuía en cada rincón del piso de Brive-la-Gaillarde. "Los deportados exiliados vivían en la pobreza, en pisos pequeños", explica: "Era inevitable verlo todo" (...)

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