El detonante de esta acción de rebote, de iniciar este firme contraataque, debería ser el llamado “caso Begoña Gómez”, la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Estábamos hasta ahora en la guerra del caso Koldo, tan sucio, tan asqueroso, extendidas las sospechas, es verdad que sin respaldo judicial ninguno, a todo lo que se mueve en varios kilómetros a la redonda en el entorno socialista, ministerios y gobiernos insulares incluidos. También el novio de Isabel Díaz Ayuso, que digan lo que digan la presidenta madrileña y su lacayo Rodríguez, ha sido el propio protagonista quien ha reconocido, y por escrito, los delitos. Deleznables e inútiles, por cierto, las comisiones de investigación del Congreso y del Senado, meras disculpas para reproducir, de nuevo, el goyesco duelo a garrotazos. De allí, ya lo verán, sólo saldrá mugre. Mucha mugre.