El anuncio de la construcción de un lugar de memoria en el terreno que ocupó la cárcel de Carabanchel, ahora yermo después de que el Estado la derribara, no ha pillado por sorpresa al movimiento memorialista. Un pedazo de la historia de la represión franquista se destruyó durante la madrugada del 24 al 25 de octubre de 2008, justo dos décadas después de su cierre tras 55 años de funcionamiento. Ahora, una nueva oportunidad se abre para que vuelva la vida hecha memoria a este enclave madrileño.