Juan José Santos Mateo 14/09/2023
Un tour por el parque temático de la dictadura pinochetista: la comuna de Las Condes
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Vista de Las Condes desde la Gran Torre Santiago. / Deensel
Sí, sí, claro que muchos siguen vivos, responde el guía. ¡Por la rechucha! ¡Qué es ese ruido!
Un golpe sordo retumba en las paredes del tercer piso de un edificio en la calle Badajoz, en la comuna de Las Condes de Santiago de Chile. El sonido es el eco del balazo que se ha pegado un tal Hernán Chacón Soto, exsoldado condenado por el asesinato de Víctor Jara en 1973. Mientras la policía esperaba en el salón de su casa para llevarlo a la cárcel, Chacón se suicidó en el cuarto de baño.
El guía sigue con el tour. “Bueno, habrá sido un entrenamiento en la Escuela Militar”, dice, y continúa su camino por un barrio en el que este 11 de septiembre no habrá duelo, sino cueca.
No hubo solo un conde, sino muchos. Y el hecho de que hasta la actualidad se erijan y mantengan monumentos a torturadores, asesinos e incitadores de odio demuestra hasta qué punto la dictadura chilena permanece en el país. Casi todos los homenajes a los socios de Pinochet están en Las Condes. Quizás el más imponente sea el Memorial Jaime Guzmán, principal creador de la Constitución de 1980 elaborada bajo dictadura, que estableció las bases del nuevo Estado autoritario y de una economía de libre mercado, mezclando las ideas de su admirado Franco, las tesis del intelectual nazi Carl Schmitt y del liberal Friedrich Hayek. Fervoroso defensor de la pena de muerte, contrario al aborto, asiduo visitante a la Colonia Dignidad1, y fundador de la Unión Demócrata Independiente, la UDI, partido político pro-dictadura, de inspiración cristiana, alérgico a los preservativos y acusado de financiamiento irregular2. Pues a este Jaime Guzmán se le levantó un memorial de más de setecientos metros cuadrados, en 2008, relleno de objetos personales y fotografías del inmortalizado.
Las Condes, sin embargo, sufre de amnesia3 cuando tiene que recordar lugares en los que, en dictadura, se detuvieron o asesinaron a personas (tres en la calle Fuenteovejuna, uno en la calle Alhué, tres en la calle Los Illanes 75, etc.). Nadie sabe que en la ahora cuico-hipster-shuper calle Isidora Goyenechea estaba la Clínica El Bosque, una de las sedes clandestinas de la CNI donde se realizaban torturas. O podemos ir a la Casa Presidencial de Tomás Moro, residencia oficial de Salvador Allende donde no hay ninguna placa que rememore el hecho de que fuera bombardeada durante el golpe de Estado del 73 (mientras la esposa de Allende estaba en su interior), y posteriormente saqueada y ocupada por la Fuerza Aérea de Chile, que sigue siendo el propietario. No confundamos amnesia con alzhéimer. En Las Condes el olvido es forzoso. Que se lo digan al profesor de un colegio del barrio que fue despedido por decir que en Chile hubo una cosa llamada golpe militar.
El parque temático de la dictadura es la comuna de Las Condes, conocido como unos de los bastiones del “Rechazo”, por su reciente oposición electoral al cambio de la Constitución vigente desde 1980. Aquí siempre ha ganado la derecha. Repasando algunos de sus alcaldes, nos topamos con militares como Carlos Guerraty, quien urdió atentados contra Salvador Allende, Alberto Labbé, famoso por negarse a rendir honores militares a Fidel Castro en su visita a Chile, o civiles como Carlos Larraín, homófobo, machista y padre de doce hijos (con tantos es normal que alguno le saliera rana: en 2013 su hijo Martin atropelló mortalmente a un peatón4, dándose a la fuga). O los alcaldes militantes de la UDI, como Joaquín Lavín, ex Chicago Boy, Francisco de la Maza Chadwick, o la actual, Daniela Peñaloza, ex dirigente estudiantil de la Fundación Jaime Guzmán.
Entre las Condes y Providencia se eleva la jactanciosa Sanhattan, el área comercial más activa del país. Allí se empinan como penes las torres de las empresas de los más ricos, apellidados Matte, Luksic, Yarur, Angelini, y Saieh. Pasando el puente Pérez Zujovic, en honor al ministro responsable de la masacre de Puerto Montt, está la sede de Fuerza Nacional, el Hotel Ritz-Carlton, el Hyatt y el club de Golf Los Leones (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario