Marcos Méndez 30 de septiembre de 2023
Entrevistamos a Gonzo, que vuelve a ser “Fernando” en el regreso de 'Salvados' con un reportaje titulado 'Jesuitas 87'. En él se convierte en protagonista junto a compañeros, profesores y hasta sus padres para hablar de los abusos y el maltrato que ejercían los profesores y curas de su colegio
Comunicado oficial — Los Jesuitas responden tras 'Salvados' con un comunicado: “Es necesario pedir perdón a las víctimas una vez más”
El programa — Gonzo contó cómo los abusos en los Jesuitas se le aparecen hoy, y se derrumbó por el relato de un compañero
Histórico porque, por primera vez, su conductor se convierte en protagonista para rodearse de amigos y excompañeros del colegio, de exprofesores, e incluso de sus padres para contar en primera persona lo que él vivió. La entrega se titula Jesuitas 87, y en ella Fernando, como también por primera vez vemos que le llama una antigua profesora y sus padres, acude a su colegio para hablar de los abusos y el maltrato que ejercían los profesores y curas.
En esta entrevista, el periodista nos explica el proceso que le llevó a convencerse de que tenía que contar su historia y “superar un miedo”, sabiendo que tenía que prepararse por el “torbellino emocional” que supondría, y ahora desea cumplir su objetivo: “Lo que pretende esta historia, que es la nuestra, es que sea la de todos aquellos que tuvieron que convivir con estas situaciones”. El reportaje relata duros abusos y agresiones, ante los que reflexiona sobre el pasado y también el presente: “La parte difícil del trabajo está hecha, que es empezar a hablar”.
Gonzo, que reconoce y agradece la parte “sanadora” que ha supuesto este reportaje, avanza también otros focos en los que Salvados se centrará en esta temporada “mucho más cercana y personal”: “Queremos contarlo de forma que la gente en su casa pueda sentirse interpelada”.
Este Salvados empieza con Gonzo hablando a cámara y explicando por qué es tan especial a nivel personal. Antes de que pueda verse: ¿Por qué?
Claro que es especial para mí, porque es la primera vez que cuento una historia de la que yo formo parte. Ya no solo como protagonista, formo parte porque es algo que viví, y eso no es habitual. Como además eso que viví implica a otras personas que forman parte de mi vida, amigos, familiares, profesores... levantar el teléfono para pedir participar en este programa fue más difícil todavía, porque sé que hay un compromiso de la gente, que te va a decir que sí aunque realmente no quiera.
¿Te ha costado “aceptar” ese protagonismo, aunque sea en parte?
Decidirme a hacerlo fue un proceso muy muy largo. Empieza cuando te das cuenta, al salir del colegio, que lo que has vivido allí no era normal. Cuando tú lo cuentas a compañeros de facultad y ves las reacciones, dices: hostias, a lo mejor esto no era lo normal, aunque yo lo haya normalizado. Cuando años después empiezas a ver que se destapan abusos sexuales en la Iglesia, dices: claro que pasó, porque lo viví, porque lo vi. Yo incluso he hecho entrevistas a víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, y a mí lo que me contaban me sonaba totalmente, funcionaban igual en todos sitios. Pero no me decidía al “ya que yo lo viví, voy a contarlo”.
¿Y qué fue clave para convencerse?
La cuestión definitiva es cuando aparece la información de El País, y ahí veo mi colegio (...)
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