martes, 8 de junio de 2021

Casado quema las naves y otras versiones mediáticas, de Rosa María Artal

 ELDIARIO.ES    Rosa María Artal     1 de junio de 2021

Esta semana nos han contado que "Casado quema las naves" y "se entrega a una oposición dura ante la expectativa de llegar a la Moncloa". La flota marítima del PP sufre terribles avatares dado que en mayo de 2020 también quemó las naves con el mismo objetivo. Poco después, el presidente del PP se superó a sí mismo: "rompió los puentes sin vuelta de hoja" con Vox para "devolver el orgullo al PP" y "ganar la moción de censura" que Abascal le había presentado a Pedro Sánchez. Un triunfo de rebote muy aplaudido por los creadores de la ucronías mediáticas o realidades paralelas.

Casado quema las naves y otras versiones mediáticas

Casado ha hecho una oposición sucia al colmo, solo superada por algunos de sus colaboradores. Y respecto a Vox tiende puentes de quita y pon. Ahora estamos al parecer en fase de si el PP les ajunta o no cara a refrendar la foto ultra de Colón con la diana fija en tumbar al Gobierno. Si estarán presidiendo o haciendo bulto.

Hemos llegado a un punto en el que amplios sectores de la sociedad están dramáticamente desinformados. Les clavan unas mentiras que ni a los bebés para que se coman la papilla. Se mueven por las emociones provocadas y no por los hechos. Ignoran lo que les afecta y cada vez se dan más tiros en el pie. La sobreabundancia de fuentes ha generado una lucha por el beneficio e incluso la supervivencia de medios que ya no están dirigidos prioritariamente a informar. Si recuerdan, el 44% de los nuevos suscriptores de The New York Times no lo hacen por las noticias sino por recetas, juegos o podcasts.

Hay que trabajarse estar informado. Imprescindible hoy para buscar bases firmes en las orillas de ese mar de falsos puentes rotos, naves ignífugas y un fondo de océano regido por la ley de la selva. 

Cada mañana portadas escritas y presentadores de radio y televisión nos sacuden –de prestarles ojos y oídos - un cóctel de nitroglicerina, odio y pintorescas versiones de la realidad que se extenderá después en tertulias e informativos. Y en las Redes donde ya campan pirañas, garrapatas, víboras y dragones echando espumarajos de fuego valyrio. Lo que hay que aguantar. Si se les presta atención. Es el fruto de ese navegar entre mentiras e intereses en el que la información ha sufrido una degradación profunda. 

Por supuesto que se publica información rigurosa. Este lunes, Olga Rodríguez volvía a ofrecer en elDiario.es, por ejemplo, un magistral análisis sobre "Israel y Marruecos: el legado de Trump que salpica a España". Incluye los arriesgados (y muy precisos en intereses) cambios que Trump propició en su política internacional usados por Marruecos en esta confrontación con nuestro país. Las influencias e interrelaciones. Hay un cambio de narrativa social sobre Israel en EEUU. Netanyahu extendió alianzas con la extrema derecha europea que incluyen a España y a Aznar. ¿Quién es quién en el nuevo gobierno israelí sin Netanyahu? ¿Alguien puede pensar que estos movimientos no influyen en nuestra propia vida? Pues comparen con lo que sueltan los Marhuenda y colegas de turno en portadas, varias, y tertulias.

(...)  Y lo que es mucho más grave: nadie, salvo los propios profesionales, protesta por el proyectado cierre de centros de Atención Primaria de Madrid que ya anticipamos hace unos días. Por seguir ahondando en el desmantelamiento de la sanidad Pública, que forzó un triaje indigno en las residencias de ancianos de Madrid. Y es que, según documenta el periodista Manuel Rico, contra la evidencia de las pruebas y protocolos firmados, muchos ciudadanos han comprado la insidia de que eran personas vulnerables que se tenían que morir. Ahogados y suplicando ayuda. Y no es cierto, ni humano (...)

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