sábado, 25 de diciembre de 2021

¡¡Misión: desactivar a Yolanda!! Por Elisa Beni

5/12/21

Francisco José Talavera SalgadoLa Educación para la III República Española

Mi deseo y el de much@s, es que llegue el día en que nadie le discuta ni a Díaz, ni a ninguna otra mujer el derecho a repetir las palabras de ese abuelo ingeniero que lleva tacones: “lo que yo llevo no cambia lo que soy”. Tampoco si eres mujer y tampoco si eres de izquierdas.
Las derechas no quiere una mujer libre y elegante, una mujer que considera que respetar los códigos tiene el sentido de respetar a los demás, ya sean sus clientes como abogada o el pueblo al que representa como política.



..."Bryan es un tío con tacones pero Díaz es una progresista con estilo y ese pecado no te lo perdonan los caspas de este país, querida".
No sé si habrán oído hablar de Mark Bryan. Si lo han hecho habrá sido seguramente en términos elogiosos. Bryan rompe moldes. Bryan se pone el mundo por montera.
Bryan se decanta por la libertad. Visto así pensarán ustedes que este ingeniero robótico de 62 años ha llevado a término alguna hazaña inusual, motivo por el cual sus hijas y su mujer se declaran “sus mayores fans”.
A lo mejor les defraudo, pero lo que ha hecho Mark ha sido ponerse una falda y unos tacones de aguja para ir a trabajar.
Le llaman “el hombre stiletto” y le aplauden más de medio millón de seguidores en Instagram. Su conquista es ser un señor heterosexual que se ha plantado unos tacones y que afirma que se ha dado cuenta de que “llevar tacones de aguja me da un poco más de confianza en mí mismo y me gusta ese sentimiento”.
Así que allí que se va a su trabajo de siempre porque, dice orgulloso mientras se toma un café apoyado en la barra son su cabeza rapada, su falda escocesa y sus zapatos salón de 12 centímetros: “lo que yo llevo no cambia lo que soy. No me siento diferente por llevar una falda o un pantalón. Se trata estrictamente de mi apariencia”.
Mark Bryan es un tío, obviamente, y aunque estadounidense, vive en Alemania. Mark es la hostia de libre, pero la vicepresidenta del Gobierno de España, Yolanda Díaz, no puede permitirse ese lujo, como casi ninguna mujer en este país.
Díaz debe encerrarse en el tópico que han dispuesto para ella. Bryan es un tío con tacones pero Díaz es una progresista con estilo y ese pecado no te lo perdonan los caspas de este país, querida.
.....
Así que como Yolanda Díaz no es Mark Bryan ya tenemos gasolina para todos.
Gasolina para el incendio de la derecha más caspas, que ha comenzado a llamarla “La Fashionaria” -tienen poca imaginación, hace un año se lo decían a Irene Montero- y gasolina para cierta izquierda que habrá visto una defección en ese aparente querer desmarcarse de la “típica” mujer progresista.
Y es que Díaz sí es la típica mujer progresista y la típica mujer feminista y lo demuestra no solo en lo que dice sino en lo que hace; lo que no acepta son los moldes porque ella es y no precisa preocuparse por parecer.
Tal vez por eso, ahora que han decretado la caza contra ella en la derecha (porque representa un peligro que con su candidatura logre remontar los resultados y pueda repetir un pacto cómodo con el PXX€) y sea sintomático que solo puedan hostigarla metiéndose con sus tacones o con su glamour o con su adorno sentimental en forma de carné del PCE.

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