viernes, 15 de octubre de 2021

De la deslocalización occidental a la dependencia industrial de Asia, de RICARD AJE

 Joseph LLopis   16/09/2021  RICARD AJE 

En términos económicos ( con visión desde luego marxista) articulo interesante o lo que fue el gran negocio de las multinacionales en una globalización hecha a su medida (años 80 90) se convierte ahora en un problema al cuadrado para nuestras economías.



Esta fuerte especialización entre desarrollo y fabricación a escala internacional fue impuesta por las grandes multinacionales occidentales en el furor de la globalización salvaje en los años 90 y 2000, con toda su oleada de deslocalizaciones de fábricas y producciones hacía Taiwán, Corea del Sur y China para maximizar beneficios, conquistar nuevos mercados y explotar mano de obra más barata, mientras se concentraba el monopolio tecnológico y financiero, las patentes, el diseño o el software en los países de la UE y EEUU. Los números confirman esta realidad: en la actualidad, la fabricación mundial de semiconductores en Estados Unidos representa el 12% (un 37% en 1990), la de los países de la UE un 9% (frente al 44% en 1990). En la actualidad, más del 80% de la producción mundial de chips se realiza en Asia [1].

Paradójicamente, lo que ayer significó una política de beneficios gigantescos para las grandes multinacionales y potencias occidentales, a la vez que se daba un proceso de desindustrialización, que condenó al desempleo y la miseria a zonas enteras en sus países, para ir a explotar brutalmente a la clase obrera de otras naciones menos desarrolladas, se ha acabado convirtiendo en una fuerte dependencia industrial de estos países. Creyeron que esa división internacional del trabajo y su dominio mundial se mantendrían eternamente, pero con el fuerte desarrollo autónomo de China, gracias a su potente sector público financiero e industrial y a la planificación económica, (cuyo desarrollo ha impulsado a los países de la región de Asia-Pacífico), han aprendido a fabricar, mejorado sus procesos de producción y desarrollado su propia tecnología sin depender de occidente, lo que ha quedado en evidencia y se ha visto agravado ostensiblemente con el Covid-19.

¿Quién controla la fabricación mundial de semiconductores?

El 35% de las ventas mundiales de suministro de semiconductores están controladas por tres grandes empresas: la estadounidense Intel y las surcoreanas Samsung y SK Hynix [2]. En cuanto a fabricantes, la primera es la taiwanesa TSMC, que controla cerca del 85% del mercado y realiza casi la mitad de la producción mundial de semiconductores, a bastante distancia de la también taiwanesa UMC, Samsung o Global Foundries (de origen estadounidense, hoy controlada por capital de Emiratos Árabes y ambicionada para ser comprada por Intel). En definitiva, las compañías de Taiwán, fundamentalmente, y también las surcoreanas, concentran la mayor parte de la producción internacional de semiconductores, de las que dependen compañías gigantes como la china Alibaba o las estadounidenses Apple, Facebook, Microsoft, etc.

Frente al dominio tecnológico de las empresas estadounidenses y la dependencia industrial de las surcoreanas y taiwanesas, las empresas europeas no forman parte de las primeras en ingresos del mundo, ni están entre los mayores fabricantes o suministradores, aunque los países europeos poseen el 60% de las patentes mundiales en conducción autónoma y se estima que aportan un 70% de las innovaciones (4). Además, la compañía holandesa ASML tiene el monopolio de la maquinaria de fotolitografía que permite la fabricación de obleas de silicio, una tecnología muy escasa y costosa, (cada máquina cuesta 250 millones de dólares), que es fundamental para poder fabricar los chips.

China está tratando de alcanzar a los principales líderes en cuanto a innovación, después de haber logrado industrializarse en pocas décadas, con gigantescos avances en fabricación y diseño, sin someter a otros países (cuando occidente lo consiguió durante siglos imponiendo su sanguinario orden imperialista). El gobierno y la dirección del PCCh están invirtiendo enormes recursos para liderar este sector estratégico en pocos años, potenciando a sus compañías, especialmente la estatal de semiconductores (SMIC). Es de resaltar que el 70% de la producción y gran parte de los yacimientos mundiales de los minerales imprescindibles para la fabricación de semiconductores (germanio, silicio, arseniuro de galio y otros minerales estratégicos) se encuentran en China (5), lo que también le otorga una posición estratégica (...)
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