sábado, 16 de octubre de 2021

Ortega y Gasset: Larga vida al hombre masa

 ETHIC.ES   Raquel Nogueira   19/4/21

En un ejercicio casi profético, Ortega y Gasset esculpió hace noventa años el concepto de ‘hombre-masa’, un individuo hecho de prisa, que no escucha nada pero lo opina. En medio de la revolución digital y en un momento de auge de los populismos, revisitamos el concepto del ‘hombre-masa’ de la mano de un grupo de prestigiosos pensadores y filósofos.

Mikel Tar Orrantia Diez   Para leer y pensar


José Ortega y Gasset alertaba en los primeros compases del siglo pasado de que el hombre medio había perdido el uso de la audición. «¿Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. No hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus opiniones». Desde los años veinte del siglo pasado hasta los de este han cambiado muchas cosas, pero aquellas palabras del filósofo siguen plenamente vigentes: ese individuo «hecho de prisa, montado sobre unas cuantas abstracciones e idéntico de un cabo a otro de Europa» que describía en La rebelión de las masas, su ensayo cumbre, se resiste a partir. Y sigue muy presente en las evocaciones recurrentes de muchos pensadores contemporáneos cuando se refieren al ser humano moderno: concretamente, al que vive con los cinco sentidos pendientes de una pantalla del tamaño de su mano en la que verter sus opiniones sin filtro.

«Nuestra sociedad tiende a hacer homogéneos e indiferenciados a los individuos»
Victoria Camps. Catedrática de Filosofía Moral y Política

El término de Ortega sigue vigente, aunque hayamos dejado de utilizarlo. Es la contrapartida del individuo al que ha dado lugar la ideología liberal: libre, racional, individualista. Pero, lejos de tener criterio propio y ser capaz de distanciarse de la masa, es un individuo sin individualidad. Dicho de otra forma, el que debería ser un individuo autónomo no es más que una masa informe que se deja informar por los medios de comunicación de masas. Nuestra sociedad tiende a hacer homogéneos e indiferenciados a los individuos. Mientras que a lo largo del siglo XX, en Europa, el ‘hombre-masa’ se refugió en el fanatismo ideológico y en los fascismos, hoy lo hace en las distintas versiones de populismo, que le proporcionan una seguridad que no es capaz de buscar por sí mismo.

Actualmente, las redes sociales potencian la capacidad de manipulación y de difusión de lo peor que han tenido tradicionalmente los medios de comunicación de masas. Aunque se presentan como herramientas para una participación más amplia de los individuos en la opinión pública, ésta se fragmenta cada vez más en grupos que se confirman en sus propias creencias. El ‘hombre-masa’ no ejerce como ciudadano porque se deja llevar por la masa, y las redes aumentan esa capacidad de influencia (...)

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OTRA COSA:   Cecilia Helena Payne-Gaposchkin, mujer que descubrió la composición de nuestro universo y de qué está hecho el Sol.

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