El terreno donde se levantaba la antigua cárcel de Carabanchel, un símbolo de la represión franquista que recluyó a miles de presos políticos y por su orientación sexual, está cerca de ser engullido por el urbanismo. El ladrillo amenaza este espacio desde 2008, cuando el Ayuntamiento de Madrid y el Gobierno de entonces firmaron un convenio para levantar varios edificios con más de 600 viviendas.

Esta semana, más de una década después de que maquinaria destruyera el edificio y redujera el entorno a la estampa de un descampado, el Consistorio de Martínez-Almeida aprobará en pleno el proyecto definitivo que no contenta a colectivos vecinales ni memorialistas.

Con el desbloqueo de este plan, se levantarán 640 viviendas –sólo el 34% de ellas protegidas–, un espacio de formación para la Policía junto a las instalaciones de la comisaría y Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, instalaciones de oficinas y un hospital. Este último es el único elemento que han conseguido arañar los colectivos vecinales tras más de una década de protestas, pero no hay rastro, al menos sobre el papel, de ningún edificio dedicado en exclusiva a la memoria y la dignidad de los presos del franquismo.

"Nosotros lo que pedíamos es que se construyera un edificio de una planta para la memoria. O que directamente se cerrase el CIE, que era el edificio del antiguo hospital penitenciario de la cárcel de Carabanchel, y se adecuase a la memoria", expone Pedro Casas, portavoz de la Plataforma por un Centro de la Memoria, que busca resignificar el desalmado solar que asoma tras la valla de la Avenida de los Poblados. "Por lo que sabemos, se pretende que en uno de los edificios que se van a construir, que será una sede de Instituciones Penitenciarias, se coloque alguna referencia de memoria a la cárcel. Eso no puede ser, queremos que haya un edificio que no dependa de Interior, sino del organismo competente y que sirva para dar charlas, exposiciones, talleres o jornadas sociales", agrega.

Desde el Ministerio de Interior aseguran que no hace falta "replantear" el proyecto consensuado por convenio con el Ayuntamiento, ya que sí  habrá un entorno orientado a dignificar a las víctimas y presos de la

 cárcel franquista. Sin embargo, tal y como adelantó Público, la idea

 del ministerio no cumple con los requisitos de los colectivos

 memorialistas de disponer de un edificio separado dependiente de

 Memoria Democrática, pues se reduce a erigir un monumento en una

 rotonda en las nuevas vías que se construyan en las urbanizaciones,

 así como un memorial dentro del edificio de for (...)

La amenaza de fragmentar el parque de Eugenia de Montijo (...)

El otro gran temor de los vecinos de Carabanchel gira en torno al futuro del Parque de Eugenia Montijo, situado en el margen este del terreno. Este sábado las asociaciones del barrio y algunos grupos

 ecologistas se han concentrado para mostrar su desconfianza ante un

 proyecto que, aunque no tocará de manera radical a los árboles de

 este espacio verde, si lo partirá en dos para crear una carretera que

 conecte la zona norte con las nuevas urbanizaciones y el hospital.

"En este caso, aunque no tenemos datos concretos todavía, el número de árboles que pueda verse afectado no es tan grande como en otros proyectos como el Parque de Arganzuela o el Parque Calero. Aquí lo que ocurre es que se va a fragmentar el parque con una carretera que va a venir por la llamada vereda de aluche, donde no hay muchos árboles, pero sí es zona de aves y también una zona de disfrute de los vecinos", denuncia Javier Rico, portavoz de la plataforma Salvemos Eugenia de Montijo.

Fuentes del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid aseguran a Público que el parque está fuera del área donde se desarrollará el proyecto. Y es que, el espacio verde jurídicamente ya aparece fragmentado en dos en los catálogos del Ayuntamiento, siendo el espacio intermedio entre las dos zonas y que hoy se ve como una suerte de prado verde, la zona por la que pasaría la vía. Para los vecinos esto no es válido y entienden que todo el corredor, desde la Avenida de los Poblados hasta la propia estación de metro Eugenia de Montijo.

El proyecto que aprobará el pleno del Ayuntamiento este jueves planifica crear 20.000 metros cuadrados de zonas verdes. "No nos vale", valora Rico. "Van a ser las zonas verdes que ya sabemos y que están haciendo ellos, desoladas, con zahorra y sin apenas árboles.mación de Instituciones Penitenciarias. 

La amenaza de fragmentar el parque de Eugenia de Montijo

El otro gran temor de los vecinos de Carabanchel gira en torno al futuro del Parque de Eugenia Montijo, situado en el margen este del terreno. Este sábado las asociaciones del barrio y algunos grupos ecologistas se han concentrado para mostrar su desconfianza ante un proyecto que, aunque no tocará de manera radical a los árboles de este espacio verde, si lo partirá en dos para crear una carretera que conecte la zona norte con las nuevas urbanizaciones y el hospital.

"En este caso, aunque no tenemos datos concretos todavía, el número de árboles que pueda verse afectado no es tan grande como en otros proyectos como el Parque de Arganzuela o el Parque Calero. Aquí lo que ocurre es que se va a fragmentar el parque con una carretera que va a venir por la llamada vereda de aluche, donde no hay muchos árboles, pero sí es zona de aves y también una zona de disfrute de los vecinos", denuncia Javier Rico, portavoz de la plataforma Salvemos Eugenia de Montijo.

Fuentes del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid aseguran a Público que el parque está fuera del área donde se desarrollará el proyecto. Y es que, el espacio verde jurídicamente ya aparece fragmentado en dos en los catálogos del Ayuntamiento, siendo el espacio intermedio entre las dos zonas y que hoy se ve como una suerte de prado verde, la zona por la que pasaría la vía. Para los vecinos esto no es válido y entienden que todo el corredor, desde la Avenida de los Poblados hasta la propia estación de metro Eugenia de Montijo.

El proyecto que aprobará el pleno del Ayuntamiento este jueves planifica crear 20.000 metros cuadrados de zonas verdes. "No nos vale", valora Rico. "Van a ser las zonas verdes que ya sabemos y que están haciendo ellos, desoladas, con zahorra y sin apenas árboles (...)