Ed Rampell (Jacobin) 7/12/2023
El 22 de noviembre se cumplieron 60 años del asesinato que conmovió a Estados Unidos y que se convirtió en una verdadera bisagra en la historia de su democracia. El asesinato de John F. Kennedy, nos dice Oliver Stone, no fue obra de ningún loco francotirador solitario, sino un plan finamente ejecutado por parte del estado de seguridad nacional, la CIA y el FBI.
Veterano de la guerra de Vietnam, ganó su segundo Oscar al mejor director por la película antibélica Born on the Fourth of July (1989), que también fue nominada en las categorías de mejor película y mejor guión. Dos años más tarde, la tan controvertida como influyente JFK recibió seis nominaciones, incluidas las de mejor película, mejor director y mejor guion, y ganó en las categorías de montaje y fotografía.
Menos conocidos, sin embargo, son los documentales más recientes de Stone sobre Fidel Castro, Yasser Arafat, Hugo Chávez y la miniserie de no ficción de 2012 The Untold History of the United States. En 2021, este verdugo cinematográfico del statu quo volvió con el documental de casi dos horas JFK Revisited: Through the Looking Glass, en el que se atreve a ir más allá de lo que hizo en 1991 al intentar descifrar el caso y revelar quiénes fueron los grandes artífices del asesinato de Kennedy.
Oliver Stone, de setenta y cinco años, conversó con Jacobin vía Zoom desde su casa en Los Ángeles y demostró, como dijo el poeta revolucionario ruso Vladimir Mayakovsky, que no tiene canas en el alma.
Existe un viejo debate sobre si el arte puede o no cambiar el mundo. Pero su película JFK parece haber zanjado esa cuestión, porque después de su estreno (en 1991), el Congreso estadounidense aprobó en 1992 la Ley de Recogida de Registros del Asesinato del Presidente John F. Kennedy (ARCA). ¿En qué consistía esa ley y para qué servía?
La ley establecía que un grupo de ciudadanos examinaría los registros –no todos, pero sí buena parte de ellos–, luego tendrían acceso a ellos y podrían desclasificarlos. No sé cuáles eran las excepciones. La Junta de Revisión de Registros de Asesinatos duró hasta 1998, funcionó durante cuatro años, y luego se quedó sin dinero. Como dice en la película John R. Tunheim, juez del tribunal de distrito de EEUU y presidente de la Junta de Revisión de Registros de Asesinatos, podría haber durado mucho tiempo, porque había mucha información. Pero hicieron lo que pudieron, y realmente hicieron un muy buen trabajo. Y por eso queríamos llamar la atención sobre ello en la película. Es raro que una película pueda provocar algún tipo de honestidad por parte del gobierno.
Pero no nos engañemos sobre el gobierno, los representantes –entre ellos, Joe Biden– que votaron a favor y que recientemente volvieron a clasificar los archivos por otros años. Cedieron a la presión pública: mucha gente escribió cartas y estaba molesta. Una de las razones de la molestia era que los archivos del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos (HSCA), como dijimos en el rastreo al final de la película, estaban cerrados hasta 2039, creo. Pero no los han abierto. El Comité Selecto de la Cámara de Representantes no ha entregado esos archivos (...)
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