jueves, 22 de julio de 2021

China. Amnistía Internacional retrata el "infierno distópico" que viven los uigures en sus manos

 ARA en castellano   Sònia Sánchez  11/06/2021

La organización documenta las "torturas sistemáticas" y otros "crímenes contra la humanidad" que sufre la minoría musulmana


“Nos levantamos a las cinco de la mañana y tenemos que hacer la cama, tiene que quedar perfecta. Entonces se hace la ceremonia de izar la bandera y la jura. Después vas a la cantina a desayunar y hacia clase. Después a comer y otra vez a clase. Después a cenar. Y otra clase. Entonces a la cama. Cada noche dos personas tienen que estar de guardia durante dos horas [vigilando al resto de compañeros]. No hay un minuto para ti. Es agotador". Lo explica una mujer uigur internada en uno de los campos de "reeducación", como define el gobierno chino estos centros de internamiento para la minoría musulmana de los uigures. De hecho, en todos los trayectos que la mujer describe hacia clase o hacia la cantina van escoltados por guardias armados, que les aplican castigos físicos si desobedecen o si hablan en su idioma en lugar de hacerlo en chino mandarín. Esta mujer que lo relata fue detenida y trasladada al campo de internamiento porque encontraron que se había descargado la aplicación de WhatsApp en el móvil.

Es uno de los 50 testigos a los que ha entrevistado Amnistía Internacional para su informe Like we were enemies in a war’: China’s mass internment, torture and persecution of muslims in Xianjing, en el que describe en 160 páginas la política china hacia los uigures, los kazajos y otras minorías musulmanas concentradas en el estado de Sinkiang, al oeste del país. Centenares de miles de uigures –algunas investigaciones dicen que son un millón– son enviados a estos campos de internamiento, donde estas clases sirven para ”adoctrinarlos para que abandonen el islam, dejen de utilizar su lengua y sus prácticas culturales y estudien el chino mandarín y la propaganda del Partido Comunista Chino", dice el informe. Millones de musulmanes más, fuera de los campos, son sometidos a una "vigilancia masiva sistematizada" para controlar su comportamiento (...)

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