Es exactamente lo que proclama Vox. Siempre que los sudacas sean pobres, claro, no sudacas como los de Rocío Monasterio. Porque Rocío Monasterio es de origen sudaca, pero terrateniente. Sus antepasados eran dueños de la Compañía Azucarera Atlántica del Golfo, que cotizó en la Bolsa de Nueva York. Pero si los hubieras puesto en una cola del hambre esperando un paquete de azúcar, parecerían lo que eran: sudacas. De hecho, vinieron para España cuando les expropió la revolución, aunque no tuvieron que recurrir a Cáritas porque el padre montó aquí una fritanga con ínfulas: el Kentucky Fried Chicken. Los padres sudacas parecen menos sudacas cuando no vienen a limpiar culos españoles. Hay muchos sudacas en España, aunque unos parezcan más sudacas que otros. Julia parece más sudaca porque limpia casas españolas y durante el confinamiento tuvo que pedir alimentos porque no podía trabajar. Mario Vargas Llosa parece menos sudaca porque otra sudaca le limpia la casa. O a lo mejor es filipina. Con las filipinas pasa igual que con los sudacas: unas parecen más filipinas que otras (...)