Carmela Negrete Berlín , 12/09/2023
Una investigación de la radiotelevisión pública descubre que la RFA envió armas a los fascistas chilenos y contrató antiguos nazis para crear un aparato represor similar al de Hitler
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Retratos de las víctimas de la dictadura expuestos en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile. / Carlos Teixidor Cadenas
En estos días se recuerda el 50 aniversario del sangriento golpe de Estado en Chile liderado por el general Augusto Pinochet, una fecha que ha generado numerosos reportajes y artículos sobre el genocidio y la persecución de la oposición democrática en ese país, que produjo más de dos mil víctimas mortales y decenas de miles de desaparecidos y llevó al poder a una dictadura que se mantuvo durante diecisiete años. En muchas de estas informaciones se resalta el papel de Estados Unidos y sus servicios de inteligencia, pero en muy pocas se habla sobre la implicación de Alemania en ese golpe, que, recordemos, tiene lugar en occidente en los años setenta contra un gobierno democrático, el de Salvador Allende. Golpe que fue apoyado bajo cuerda por otras democracias, como la estadounidense, que temían un gobierno socialista.
Una exhaustiva investigación llevada a cabo por la radiotelevisión pública alemana arroja luz sobre el papel del servicio secreto, el Bundesnachrichtendienst (BND) en este oscuro capítulo de la historia de la Alemania de posguerra, y sugiere que esta agencia no solo contaba en sus filas con antiguos nazis que contribuyeron a la creación del aparato represivo contra la disidencia en Chile, sino que también envió armas a los golpistas desde territorio alemán. En la preparación del golpe jugó un papel muy destacado la secta creada por nazis fugitivos establecida en Chile, conocida como Colonia Dignidad. El acceso al extenso archivo de esa secta, que dejó de estar clasificado como información secreta en 2016, así como entrevistas con trabajadores chilenos, proporcionan pistas sobre el alcance de la implicación alemana en el golpe.
Hasta ahora se conocía que la finca rústica que ocupaba la secta, situada a unos 400 kilómetros al sur de la capital chilena, se había utilizado durante la dictadura para torturar, asesinar y enterrar en fosas comunes a decenas de personas de la oposición con la cooperación de los nazis. También que fue un campo de entrenamiento para torturadores. Sin embargo, la televisión alemana afirma que desde allí también se preparó el golpe. En una de las actas encontradas apareció un envío de armas por valor de 126.000 marcos alemanes con destino a la Colonia Dignidad, y cuya exportación fue autorizada por el BND, según la investigación: camuflado como envíos caritativos de oxígeno para hospitales de beneficencia, se enviaron pistolas, rifles y ametralladoras a partir de 1970. Según la investigación, el exnazi de la división SS Gerhard Mertins tuvo un rol destacado en ese periodo y, en lugar de ser perseguido o castigado por Alemania, recibió una nómina del propio BND. Mertins se había convertido en uno de los principales exportadores de armas después de la Segunda Guerra Mundial; más tarde tuvo relaciones con el régimen de Pinochet, y llegó a crear la Asociación de Amigos de la Colonia Dignidad.
El experto Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-América Latina, explicó a la Deutsche Welle en español: “Estas informaciones nos obligan a redefinir el papel de Alemania en el golpe, pero es necesario que el Gobierno alemán se pronuncie al respecto y, sobre todo, que el BND abra sus archivos para conocer la dimensión completa de esa relación”. Una semana después de la emisión de estas informaciones, ni el Gobierno alemán ni la ministra de Exteriores verde, Annalena Baerbock, han emitido comunicado alguno al respecto. En el documental aseguran haber preguntado a Exteriores sobre el caso y que no hubo respuesta. Según informaciones publicadas por el telediario alemán en marzo, su Ministerio estaría “frenando” los trabajos de memoria sobre la Colonia Dignidad.
El ministro-presidente de Turingia, del partido Die Linke, Bodo Ramelow, visitó el lugar en octubre de 2022 en calidad de presidente del Consejo Federal alemán y dejó constancia de que la embajadora alemana en Chile no asistió y le desaconsejó la visita, según el informativo Tagesschau. Los líderes de Die Linke Janine Wissler y Martin Schirdwan han pedido que se esclarezca el papel de su país en el golpe chileno y que se pidan disculpas oficiales. “Para favorecer a las corporaciones alemanas y, motivado por un arraigado anticomunismo, se pasaron por alto los derechos humanos”, dijeron. Además, denunciaron que “varios gobiernos federales observaron cómo Chile perdía su democracia, mientras que los servicios secretos y las empresas alemanas participaban activamente o se beneficiaron como cómplices silenciosos”. ( ...)
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