Mallorca no es, de hecho, ajena a los vínculos con el nazismo. Como documentó el historiador Josep Massot i Muntaner, ya desde 1934 y hasta la caída del Reich en 1945, concluida la Segunda Guerra Mundial, agentes nazis camparon a sus anchas por la isla, con Palma como centro de operaciones del consulado alemán. “Los nazis contaban con el visto bueno de Franco”, subraya, por su parte, la filóloga Francisca Roca Arañó, autora de la tesis La imagen de Mallorca en la novela del exilio alemán, en la que explica cómo los secuaces de Adolf Hitler y falangistas colaboraron estrechamente durante largo tiempo, incluso mucho después de haber finalizado el conflicto bélico (...)