Los profesores desplazados a islas menores tienen graves dificultades para encontrar un alquiler digno. “Muchos caseros alquilan sus viviendas de septiembre a junio, mientras que julio y agosto lo hacen [ilegalmente] a turistas”, lamenta una perjudicada
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El mercado de la vivienda, altamente tensionado en el archipiélago balear –es, junto a la Comunidad de Madrid, la región con la vivienda más cara de España, y se sitúa a la cabeza con los precios más caros del alquiler, según el INE–, está expulsando a la población local, que en ocasiones se ve obligada a abandonar las islas. El problema es especialmente grave en Eivissa y Formentera, cuyos servicios públicos se están viendo muy comprometidos debido a la falta de trabajadores en ámbitos como la educación o la sanidad, entre otros. Este es el caso de Àlex, un joven mallorquín desplazado como profesor a Formentera para cubrir una sustitución por una baja por enfermedad de un compañero suyo.
El joven se encontró con la siguiente situación: se trasladó el 23 de febrero para cubrir una baja dhttp://urante un mes, pero según su testimonio, dicha baja se iba a alargar hasta final de curso. Sin embargo, Àlex tenía que abandonar el 15 de mayo su piso porque su casero vive en él durante la temporada de verano. Rechazar el trabajo como profesor sustituto no era una opción para el joven profesor porque si lo hacía sufría una penalización de dos años de acceso en la bolsa de interinos. El hecho de no encontrar una habitación [no ya un piso, lamentaba Àlex] no es una ‘razón de peso’ para abandonar un trabajo en el ámbito de la educación pública. “Si tengo que acampar en la playa lo haré. Lo que no voy a hacer es autoboicotear mi carrera profesional porque no se considere el hecho de que no tener casa sea una razón de peso para dejar el trabajo”, aseguró en declaraciones a elDiario.es.
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