Un grupo de diez personas, entre las que figuran dos antiguos jefes del Ejército israelí, ha unido fuerzas este jueves para presentar ante el Tribunal Supremo de Israel una demanda para inhabilitar al actual primer ministro del Estado sionista, Benjamin Netanyahu. En la petición pretenden que el mandatario sea declarado no apto para el cargo que ejerce dada su imputación por corrupción y por velar únicamente por sus intereses personales y no por los de la población israelí. Así lo explica el diario israelí Haaretz, donde también se hace referencia a un supuesto deterioro de la salud de Netanyahu. 

El primer ministro no se ha pronunciado hasta el momento tras la demanda presentada ni tampoco sobre las declaraciones que cuestionan su estado de salud aunque su equipo médico comunicó el primero de enero que se encontraba "completamente normal". En julio del año pasado el primer ministro había estado ingresado en el centro médico Sheba, cerca de Tel Aviv, y se le había implantado un marcapasos.

Hace ya un tiempo que la propia población israelí está descontenta con la gestión y la responsabilidad del primer ministro en relación a los constantes ataques hacia la población gazatí desde el 7 de octubre. Las autoridades de Gaza, controladas por el grupo islamista, han denunciado más de 27.000 muertos, a los que se suman más de 365 en Cisjordania y Jerusalén Este en operaciones de las fuerzas de seguridad y por ataques ejecutados por colonos. 

 Asimismo, tras los últimos ataques del Ejército de Israel en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el ministro de Defensa de Israel ha anunciado en la mañana del viernes que la ofensiva de sus tropas se concentrará ahora en Rafah, en la frontera con Egipto. Se trata de la zona donde la mayor parte de la población se encuentra hacinada actualmente. La Organización de Naciones Unidas (ONU) advierte de que esa ciudad ya es una "olla a presión de desesperación" de los palestinos que huyeron al sur del enclave.