Miles de estudiantes comienzan cada año en Madrid un ciclo de Formación Profesional sanitaria. Son los futuros técnicos de radiología y dosimetría, de anatomía patológica o de citodiagnóstico. La Consejería de Educación acredita cada año más plazas –principalmente en centros privados– para obtener estas titulaciones, que requieren de prácticas obligatorias. Con trabajo, esfuerzo y el pago correspondiente, también en la pública, las acreditaciones de la Comunidad deberían ser garantía suficiente para lograr el diploma, pero el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha provocado un embudo: cientos de alumnos denuncian que no tienen dónde realizar esas prácticas que les garanticen el título y la posibilidad de trabajar en tiempo y forma.