viernes, 9 de febrero de 2024

John Pilger: periodismo comprometido y valiente, de Joan Pedro-Carañana

 Joan Pedro-Carañana 6/01/2024

El reportero australiano, que cubrió las guerras de Vietnam, Camboya, Timor Oriental e Irak, falleció el 30 de diciembre a los 84 años. Chomsky le definió como “un faro de luz en tiempos a menudo oscuros”

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Le veo llegar una tarde de esas que los ingleses creen soleada al campus de la Universidad de Goldsmiths. Grande, serio, duro. Imponente. –Hey John! Nice to meet you. –Me mira con curiosidad. –He venido a escuchar tu conferencia –y primera lección del maestro–. No debemos desviarnos de lo importante: el capitalismo, el imperialismo, sus guerras criminales y los medios de propaganda que las apoyan. –Claro, John, he visto tus documentales. –Ahora me mira sorprendido–. Y soy chomskiano –resumo para entendernos–. Me sonríe entre aliviado y esperanzado. Fue hace 11 años y ambos sabíamos que las reformas mercantilizadoras de la educación superior en Reino Unido estaban favoreciendo una universidad de élites, a menudo revestidas de críticas para incrementar capital simbólico, pero, en la práctica, funcionales o inofensivas para el poder. 

Si no le conoces, puedes empezar eligiendo entre sus más de 50 documentales o visitando su web. Camboya, Vietnam, Checoslovaquia, Timor Oriental, Sudáfrica, Palestina, Nicaragua, Afganistán, Irak, Australia y un largo etcétera. En castellano encontrarás varios documentales subtitulados. En formato escrito, no puedes perderte su edición de Basta de Mentiras, una antología de grandes trabajos de periodismo de investigación de diferentes autores desde la Segunda Guerra Mundial.

Se le considera corresponsal de guerra, pero, en rigor, fue periodista de paz por dar altavoz a los no escuchados y revelar el sufrimiento que genera el capitalismo y la política exterior e interior de Occidente. Por volver cuando la guerra ha terminado “oficialmente”. Por dar voz a quienes sufren, sean los mineros de Durham, los veteranos de guerra o los refugiados vietnamitas. Por recoger las propuestas de paz y por explicar las causas geopolíticas y geoeconómicas de las tragedias humanas. Porque, en el mundo real, para hablar de paz antes hay que hablar de guerra. Periodismo a palo seco. 

Sí, John, Palestina sigue siendo la cuestión (documental de 2002) y gracias por decir lo que los medios dominantes esconden con sus lágrimas de cocodrilo: si de verdad queremos paz hay que poner fin a las causas del conflicto, ocupación y apartheid, a los que se suma, según Pilger, el genocidio por parte de Israel con el apoyo de EEUU y sus aliados. Es lo que el periodismo de paz llama resolver el conflicto subyacente, la violencia estructural, que se retroalimenta con la violencia militar y la violencia mediática que las legitima.

No encontrarás obituarios en la prensa comercial en castellano. Tampoco sorprendería a Pilger que la mayoría de medios en inglés lo califiquen de periodista “controvertido” o “de campaña”. Esperaría, como ha sucedido, que los medios mencionen su cobertura del genocidio perpetrado por los Jemeres Rojos, pero no del papel clave desempeñado por EEUU que el periodista también denunció: “El genocidio de Pol Pot fue iniciado por Richard Nixon y Henry Kissinger”. A la acusación de que no era imparcial ni objetivo, respondía que estos términos hace tiempo que no significaban lo que dice el diccionario. Al contrario, los medios los utilizaban para maquillar que, en la práctica, transmitían “el punto de vista del establishment”, como hizo la BBC para justificar la invasión y ocupación de Irak.

Pilger lanzó su primer periódico en el instituto –verdadera filosofía Do it Yourself– y pronto aprendió que el periodismo digno de ser escrito es empático y combativo a la vez: “El periodismo es o debe ser el agente de las personas, no del poder: la visión desde el terreno y desde abajo”. Mirar a los poderosos y decirles la verdad de sus víctimas a la cara, con rigor, precisión y, lo más difícil, combinando temple y valentía. Cuestionar las “verdades oficiales” y tomar partido por los derechos humanos. 

Un ejemplo es su entrevista a Duane Clarridge, exjefe de la CIA para Latinoamérica, en la que, con calma y apoyándose en fuentes diversas, Pilger le insiste: ¿valieron la pena los miles de inocentes asesinados en Chile y El Salvador con el apoyo de EEUU?, lo que lleva al entrevistado a responder afirmativamente y desnudar crudamente la realpolitik con la que actuaban contra la democracia y los derechos humanos.

(...) No fear? Más bien se trata de enfrentar el miedo mediante la inteligencia colectiva y la solidaridad. Por eso, dedicó sus últimos años a apoyar a su compatriota Julian Assange. Pilger recordó el momento en el que los romanos piden a los compañeros de Espartaco (Kirk Douglas) que le delaten y estos van levantándose y respondiendo con firmeza: ¡yo soy Espartaco! Según Pilger, “todos somos Espartaco si queremos serlo”. Solo hace falta coraje, apoyo, táctica, ética y estética. 

De la misma manera, Pilger fue capaz de aprovechar las grietas en el sistema, desarrollar una carrera en los medios comerciales y recibir innumerables reconocimientos. Así, sí se puede. Como repetía Pilger: Speak up! Ya hace tiempo que es hora (...)

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