27 de noviembre de 2023 José María Izquierdo
Este pedazo párrafo, resumido, se lo plantó Pedro Sánchez a Benjamín Netanyahu en plena jeta: “La respuesta al terrorismo de Hamás, que condenamos total y absolutamente, no debe implicar la muerte de gente inocente en Gaza, incluidos miles de niños”. Ya en Madrid vino a repetir el mismo concepto con otras palabras: “Condenar los viles atentados de Hamás y condenar la matanza indiscriminada de civiles en Gaza es una cuestión de humanidad”. Y en uno y otro lado abogó por la vía negociadora entre ambas partes, quizá con la convocatoria de una gran Cumbre internacional, para insistir en la necesidad de implantar la teoría de los dos Estados, universalmente reconocida. Furioso, Netanyahu, esa fiera corrupia que gobierna con los más ultras del lugar, pero piel de bebé, llamó a consultas al embajador español. Para regañar a un Estado soberano. Por cantarle las verdades del barquero y decirle basta a una salvaje matanza.
¿Cómo respondió el Partido Popular, a su frente Núñez Feijóo? Lo mismo pensaban ustedes que iba a apoyar al presidente de su país. Qué inocencia. Se alineó inmediatamente con el líder israelí. Faltaría más. Así que habrá que suponer que a Núñez y demás dirigentes del partido, una piña, dicen sin ruborizarse, les importan un pito los miles de niños que mueren bombardeados, enterrados en escombros o brutalmente quemados por el fuego de los soldados israelís. No vuelvan con la matraca de condenar previamente a Hamás, que lo hemos hecho todos, incluido Sánchez, por supuesto, una y mil veces. No se puede caer más bajo. O sí, que de esta derecha, siamesa con la ultraderecha, sólo puede esperarse que una ignominia supere a la anterior.
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