En lugar de acelerar, retroceder. Cuando hacen falta “objetivos más ambiciosos, más acción para recortar las emisiones o abandonar los combustibles fósiles” –como ha evidenciado la reciente revisión de la ONU sobre la aplicación del Acuerdo de París– lo que ocurre son pasos atrás. La regresión de las políticas climáticas en Reino Unido o la rebaja en las exigencias para que los coches contaminen menos en la UE han brotado poco después del último mensaje del secretario general de la ONU, Antonio Guterres sobre la crisis climática: “Hemos abierto las puertas del infierno”.