«Hijo
de un zapatero, desde muy joven, gracias a los dos años que había
acudido a la escuela, era el encargado de leer en voz alta a sus
compañeros los periódicos y la
propaganda libertaria que llegaba a sus manos. Posiblemente sería de
este temprano gusto por la lectura de donde le vino la idea de ejercer
el magisterio. Nunca llegó a tener título oficial. Sin embargo, fue
reconocido como maestro en su tiempo y con posterioridad. En la persona
de Sánchez Rosa se unen la tinta del militante de organizaciones que
luchaban por la justicia social; la palabra del propagandista anarquista
y la tinta del maestro de trabajadores».
Así resume el historiador José Luis Gutiérrez quién fue José Sánchez Rosa, una de las miles de personas asesinadas y arrojadas a una fosa común durante la guerra y la represión franquista. Nacido en Grazalema (Cádiz), donde también existen muestras del terror, fue asesinado en Sevilla el 1 de agosto de 1936 por los golpistas del 18 de julio. Tenía 72 años. Su cuerpo está probablemente en la fosa de Pico Reja, la misma fosa en la que yacen más de mil personas –el equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi calcula ahora que puede haber el doble del millar calculado por el historiador José Díaz Arriaza–; la misma fosa en la que puede que estén también los restos de Blas Infante, el considerado Padre de la Patria Andaluza.
A Sánchez Rosa quizá no lo conozca tanta gente fuera del círculo de estudios anarquistas. Y por eso, el grupo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA CGT-A) entregará este viernes a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, un libro sobre este maestro andaluz escrito por el historiador Gutiérrez: La tiza, la tinta y la palabra. José Sánchez Rosa, maestro y anarquista andaluz (1864-1936) (...)
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