"Las
rutas de las ratas eran sistemas de escape para nazis y otros fascistas
que dejaban Europa a finales de la Segunda Guerra Mundial tras la
derrota de los países del Eje. Estas
rutas de escape terminaban generalmente en paraísos seguros en
Sudamérica, particularmente en Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil,
Chile y Bolivia. Otros destinos incluían Estados Unidos, Canadá y el
Medio Oriente."
Entre quienes hicieron uso de estas líneas figuran algunos de los más
famosos criminales de guerra, como Adolf Eichmann, Franz Stangl, Gustav
Wagner, Erich Priebke, Klaus Barbie, Edward Roschmann, Aribert Heim,
Andrija Artuković, Ante Pavelić, Walter Rauff, Alois Brunner, Josef
Mengele y Christian Kast Schindele.
Las rutas más famosas estaban en Roma. Después del final de la
guerra, el obispo católico Alois Hudal, quien era rector del Pontificio
Instituto Teutonico Santa Maria dell’Anima en Roma, se convirtió en un
defensor activo de los prisioneros de guerra e internados que hablaban
alemán y que estaban esparcidos por toda Italia. En diciembre de 1944,
la Secretaría de Estado de la Santa Sede recibió una autorización para
nombrar a un funcionario que «visitara a los internados civiles
germanoparlantes en Italia», trabajo asignado a Hudal.
Hudal usó este puesto para ayudar a escapar a buscados criminales de guerra nazis, entre los que se encontraban Franz Stangl, comandante de Treblinka, Gustav Wagner, comandante de Sobibor, Alois Brunner, responsable del campo de internamiento de Drancy cerca de París y oficial a cargo de las deportaciones de Eslovaquia a Campos de concentración alemanes, y Adolf Eichmann. Algunos de estos estaban internados en campos: generalmente sin papeles de identidad, por lo que era fácil colocarles nombres falsos. Otros nazis estaban ocultos en Italia, y la ayuda que Hudal prestaba para escapar empezó a ser conocida en estos círculos.
Sin embargo, quizá sea más desconocido el hecho de que aquí en España, en concreto en Galicia, también operó la red que facilitaba la salida de criminales desde el noroeste de la península Ibérica.
Espoleado por el auge del wolframio en 1939, el territorio gallego surgió como nido del mercado negro. Los alemanes necesitaban el mineral para reforzar los cañones y tanques de la industria militar nazi; los británicos, que no tenían interés en el wolframio, se lo compraban al mejor postor para sabotear el flujo al Tercer Reich, y luego lo tiraban al mar. Su puja lo convirtió en «el oro gallego» (...)
+ Paquita Caminante · lavozdelarepublica.es marzo 22, 2020
Hudal usó este puesto para ayudar a escapar a buscados criminales de guerra nazis, entre los que se encontraban Franz Stangl, comandante de Treblinka, Gustav Wagner, comandante de Sobibor, Alois Brunner, responsable del campo de internamiento de Drancy cerca de París y oficial a cargo de las deportaciones de Eslovaquia a Campos de concentración alemanes, y Adolf Eichmann. Algunos de estos estaban internados en campos: generalmente sin papeles de identidad, por lo que era fácil colocarles nombres falsos. Otros nazis estaban ocultos en Italia, y la ayuda que Hudal prestaba para escapar empezó a ser conocida en estos círculos.
Sin embargo, quizá sea más desconocido el hecho de que aquí en España, en concreto en Galicia, también operó la red que facilitaba la salida de criminales desde el noroeste de la península Ibérica.
Espoleado por el auge del wolframio en 1939, el territorio gallego surgió como nido del mercado negro. Los alemanes necesitaban el mineral para reforzar los cañones y tanques de la industria militar nazi; los británicos, que no tenían interés en el wolframio, se lo compraban al mejor postor para sabotear el flujo al Tercer Reich, y luego lo tiraban al mar. Su puja lo convirtió en «el oro gallego» (...)
+ Paquita Caminante · lavozdelarepublica.es marzo 22, 2020
¿Sabías
que 104 criminales y espías nazis fueron protegidos por Franco y la
Iglesia tras la 2ª G.M.? ¿Y que lo han seguido siendo hasta su muerte
placentera en España?:
104 nazis impunes y protegidos por España
En 1947, los gobiernos
de las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial mandaron al
gobierno español una lista de 104 nazis, criminales de guerra muchos de
ellos, con datos muy concretos y exactos de actividad y domicilio en
España. Era una orden para su repatriación y posible juicio pues, como
espías y criminales de guerra que eran.
El gobierno fascista
español no sólo no movió un dedo, sino que con la complicidad de la
iglesia española dio refugio y amparo a varios de ellos. Tanto, que
varios murieron de viejos en su sagrado refugio español. Tanto, que en
1997 aún era cónsul de Alemania en Málaga uno de los criminales
señalados en 1947. Tanto, que uno de ellos sufrió un secuestro familiar
de caracter económico por parte de ETA y nunca se contaba que era de
procedencia y ganancias nazis. Tanto, que Sofindus empresa madre nazi
englobó 350 empresas en España al servicio del Tercer Reich…
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