miércoles, 29 de julio de 2020

La muerte del periodismo: El Mundo, El Español y la propaganda política y+


George Gonzalo   eulixe.com - Juan Teixeira   23/07/20
    
Marcos Lopez Rua···> Es evidente, y muy fácilmente verificable, que el titular es falso. Y no es un error. Antes de publicar algo así, todos los directivos de El Mundo se reúnen para decidir si lo sacan o no. Y, al igual que el periodista, saben que el dato que se ofrece es falso. Pero deciden publicarlo igualmente. Porque aunque gran parte de la población pondrá durante unos días el grito en el cielo por semejante falta de profesionalidad, sus lectores lo creerán. Y la semilla de la duda ya estará sembrada.

Estamos tan acostumbrados a que los grandes medios de comunicación españoles manipulen la información que estamos casi anestesiados ya. Sin embargo, esta semana los diarios El Mundo y El Español han sobrepasado todas las líneas imaginables en deontología periodística (si es que les quedaba alguna por sobrepasar). En el editorial del 19 de julio de El Español podíamos observar una ilustración del Vicepresidente del Gobierno con una pistola en la boca y una bala saliendo por su nuca, y ayer mismo la portada de El Mundo titulaba con una información claramente falsa y con una intencionalidad política evidente en contra del mismo Vicepresidente. Si bien es lógico y hasta normal que un medio de comunicación tenga una línea editorial concreta, esta forma de hacer "periodismo" supera todos los límites éticos y profesionales tolerables en un estado democrático y de derecho avanzado. En España sigue siendo la norma.

El Mundo Invents

El diario El Mundo es el tercero a nivel nacional en difusión, tanto en formato físico como online. Por eso que se inventen los titulares con tanta alegría resulta cuanto menos chocante. En su día crearon una campaña orquestada a conciencia para hacer creer a la sociedad española que el peor atentado vivido nunca en territorio propio fue obra de ETA. Para ello estuvieron años inventándose y tergiversando noticias, aún cuando todo el mundo (excepto los lectores de El Mundo) tenía claro ya que el atentado había sido obra de una célula yihadista. Ahora la cruzada principal de este medio de desinformación es principalmente contra el partido político Unidas Podemos. A pesar de tratarse de un partido socialdemócrata, desde El Mundo siempre los califican de peligrosos comunistas, chavistas bolivarianos y alguna sandez mas. La portada de ayer (22 de julio de 2020) de la edición impresa es una muestra más de la evidente falta de rigor periodístico y credibilidad que rige este medio. ( ..)

+   27 de julio  · blogs.publico.es   Aníbal Malvar    25/7/20
 
 
Nuestros viejos y piadosos periódicos de papel no han dado demasiada…
Nuestros viejos y piadosos periódicos de papel no han dado demasiada importancia, más bien ninguna, a la agresión sufrida ayer en Toledo por la ministra de Trabajo, la gallega y "sorprendentemente elegante" (El Mundo dixit) Yolanda Díaz. Sucedió que una veintena de picadores, banderilleros y mozos de espada se abalanzaron sobre el coche de Díaz, en protesta porque el mundo del toro no ha sido incluido en las ayudas especiales que el ministerio aprobó para los artistas de espectáculos públicos.
En la refriega, el coche ministerial, convertido en toro por la imaginación quijotesca de los exaltados taurómacos, sufrió la pérdida de un espejo retrovisor y hubo de intervenir la policía. Como os podéis imaginar, no se practicó ninguna detención, pues no es costumbre española afear la conducta de los valerosos matadores de bovinos bravos.
Ya digo que nuestra derecha periodística ha pasado sobre el incidente un capotazo de silencio. El patrioterismo mediático sabe distinguir muy bien entre lo que es verdadera violencia y lo que tan solo son simpáticas algaradas. Violencia extrema y judicializable es cuando rompe un espejo retrovisor la izquierda o los separatistas vascos y catalanes. Si lo hace un banderillero de derechas, es solo una manifestación de la simpática virilidad española.
La exaltación de la españolidad y sus más rancios símbolos ha llevado el debate sobre el toreo al núcleo del duelo político. El antitaurino, como el que no cuelga un banderón rojigualda en sus balcones, es menos español que el resto, es casi una suerte de apátrida, un temporero de su propio DNI, un paria desterrado (...)
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OTRA COSA:    Sobre la llamada "gripe española" 




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