Marcos Pinheiro 3 de octubre de 2020
¿Cómo ha llegado Madrid a esta situación? Durante los cinco meses desde que empezó la desescalada, el Gobierno regional retrasó contratar rastreadores, aplazó tomar medidas cuando los casos se disparaban y se enfrascó en una contienda contra Sánchez.
Madrid ha recorrido en estos meses el camino desde una reapertura económica apresurada hacia un progresivo cierre cuando no quedaba ya ninguna otra opción. El conflicto político se ha fundido con la gestión sanitaria hasta desembocar en un choque total entre la administración madrileña y la central: mientras Sanidad aduce razones epidemiológicas para el nuevo confinamiento, desde la Puerta del Sol se alude a una supuesta estrategia de Sánchez para "hundir" Madrid.
El repaso al proceso de desescalada, más allá de la disputa política, muestra que en la Comunidad de Madrid se impuso el optimismo a la prudencia. Las autoridades no acompañaron la apresurada apertura de comercios y espacios públicos y la caída de las restricciones a la movilidad con una estrategia para un nuevo pico en los contagios. Cuando este se produjo, trataron por todos los medios de aplazar las restricciones (...)
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