George Gonzalo · lamarea.com Antonio Zugasti 19 agosto 2020
Pero a los dirigentes políticos de los partidos de derechas creo que no se les puede conceder esa duda, entran claramente dentro de la mala gente. Porque no se trata sólo de que defiendan una economía criminal, una economía que, en palabras del Papa Francisco, mata. Es que, en su lucha frenética por alcanzar el poder, recurren sin el menor rubor a la mentira más descarada y difamación más desvergonzada.
Esto se ha puesto de manifiesto de la manera más clara en el feroz ataque a Podemos con motivo de la acusación que el exabogado de este partido ha realizado sobre las finanzas de la organización. Para clarificarnos sobre este conflicto conviene, en primer lugar, fijarnos en la acusación y el acusador. El acusador, el abogado José Manuel Calvente, que en su autobiografía afirma: “En 2014, indignado por la crisis y la corrupción que castigaba a nuestro país, decidí unirme a Podemos para aportar mi trabajo y mi experiencia jurídica en la lucha contra la corrupción”. A partir de entonces empieza a trabajar, al parecer sin problemas, de tal manera que cuatro años más tarde se presenta a las primarias para el Congreso y el Senado por la circunscripción de Tarragona. Aunque no figura como elegido sigue trabajando para el partido.
Pues para que no nos acuse de examinar la acusación y su declaración judicial con la mirada de los medios afines, veamos lo que dice sobre ella el diario La Vanguardia –no creo que Calvente considere a este periódico un “medio afín” a Podemos. Pertenece al Grupo Godó, propiedad de una familia de grandes empresario catalanes. El padre del actual presidente fue procurador en cortes, por designación del general Franco, y presidente de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País. Vamos, socialistas puros–.
En La Vanguardia podemos leer: “Todo lo que en la denuncia eran certezas sobre contratos simulados, sobresueldos, comisiones ilegales, autocontratos y caja B se ha convertido en la prueba testifical en ‘cosas raras’ que alguien le contó a alguien, que le contó a otro hasta que llegó a oídos de José Manuel Calvente. ‘Rumorología’ define él mismo sus sospechas, ante juez, Fiscalía y defensa (...)
Son las 21:30 de la noche y Mar Noguerol, médica de familia en el Centro de Salud Cuzco de Fuenlabrada, atiende a El Salto tras acabar su turno. Con una agenda de mínimo 40 pacientes al día, describe con voz fatigada como es su día a día en uno de los centros de las 45 zonas sanitarias confinadas de Madrid. Hoy ha mandado a tres pacientes con neumonía al hospital y ayer a otros tres. “La situación es de saturación total y absoluto desbordamiento. Las colas nos dan la vuelta al edificio. Hacemos 100 PCR diarias, no tenemos contacto con los rastreadores. A todas las personas sospechosas con PCR hay que aislarlas. Imagínate el trabajo que hay de emisión de bajas”, explica mientras se queja de que, además de atender a los pacientes, ha aumentado su trabajo burocrático.
Y todo con menos plantilla en un centro que atiende a una población de 25.000 pacientes. “En medicina tenemos dos bajas y otras dos en enfermería. Pero la saturación no está condicionada por las ausencias, es que necesitamos más personal, necesitaríamos aumentar la plantilla más allá de las bajas. Es imprescindible que se hagan públicas las bolsas de empleo del SERMAS y que se contrate a todas las personas que están en la bolsa ahora mismo de manera indefinida”, demanda (...)
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