miércoles, 2 de agosto de 2023

El cronista de la corrupción que inauguró Zaplana: "A algún empresario le pasaban tres veces el cazo en nombre del partido", de Lucas Marco - Jesús Císcar

 Lucas Marco / Jesús Císcar  16 de diciembre de 2022 

Francesc Arabí (Gata, 1970) es el mejor conocedor de la trayectoria de Eduardo Zaplana y del régimen de corrupción y clientelismo que inauguró en 1995. Arabí, veterano periodista del diario Levante-EMV, desglosa en Los tentáculos del truhán. La caída de Zaplana y la corrupción más allá del PP (Círculo Rojo, 2022) la resaca del zaplanismo y los inesperados sumarios judiciales que amenazan con llevar a prisión a buena parte de los supervivientes de la época de la burbuja inmobiliaria y del pelotazo. Con su habitual prosa marca de la casa, una mezcla de fino humor metafórico y memoria de avezado sabueso, relata las investigaciones periodísticas que le llevaron a indagar en una orden de monjas carmelitas en Orihuela, a entrevistarse con un juez en República Dominicana o a sortear tremendas presiones. Siempre atento a la pista del zaplanismo político y económico.

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El libro, una continuación de su primera obra Ciudadano Zaplana, la construcción de un régimen corrupto (Akal, 2019), repasa los problemas judiciales del expresidente de la Generalitat Valenciana en el 'caso Erial' y las interioridades de la presunta trama corrupta. Además, también detalla cómo el turbio régimen zaplanista y su continuación salpicó al PSPV-PSOE, el principal partido de la oposición en aquella época, que ocupa ahora el Palau de la Generalitat Valenciana. Arabí conoce como la palma de su mano un partido del que durante casi dos décadas de travesía en el desierto informó sin trampa ni cartón. Su nueva crónica conecta la trama judicial del 'caso Azud' con la fontanería interna, relato que dificulta, a diferencia de la primera entrega publicada hace tres años, la entusiasta presencia de los principales cuadros del socialismo valenciano en los actos de presentación de un libro sin índice onomástico en el que aparecen casi todos 

En la obra —“una visión de dron del mapa de la corrupción”— Arabí no deja títere con cabeza. “Al final en la corrupción siempre pongo la metáfora de que no hay calles, en el subsuelo todo se comunica: entras por una cloaca en la calle de la Paz y sales al barrio de Patraix”, dice en esta entrevista con elDiario.es.

Usted es el periodista que mejor conoce a Eduardo Zaplana. ¿Qué perfil hace del “truhán”?

Eduardo Zaplana tiene muchas virtudes para lo que él quería hacer. No diría que son virtudes cívicas pero sí que era un profesional. Tiene un cambio de registro: una primera parte de su vida en que es un político empresario y una segunda en la que es un empresario de la política. Una persona que entiende antes que nadie la democracia mediática, que sabe que es más importante vender que producir y que, sobre todo, sabe rodearse de gente muy leal. Sabe compensar muy bien las lealtades, es la típica persona que aplica aquello que se decía siempre de 'la última peseta para otro', para que pueda haber negocio. Sabe que si a todos nos va bien, mejor. Maneja muy bien las claves del poder, es un hombre que sabe perfectamente lo que es el concepto de Padrino. Es un gran gestor de poder en la peor acepción del poder, siempre con dinero público.(...)



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