Maialen Ferreira 24/7/23
A pesar de que el artículo 45 del Reglamento Penitenciario establece que si un interno lo solicita se le puede conceder una comunicación íntima al mes como mínimo, de una duración superior a una hora pero inferior a tres, la sexualidad como concepto y las prácticas sexuales en concreto son un gran tabú dentro de la cárcel. Para tratar de esclarecer conceptos relacionados con la afectividad y la sexualidad tanto fuera como dentro de prisión, la doctora investigadora del Instituto Vasco de Criminología, Gema Varona, y el ya jubilado profesor de Psicología de la Sexualidad de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Javier Gómez, se han adentrado en la cárcel de Martutene, en Donostia, y han conversado sobre este tema con una veintena de presos.
Durante dos días, los expertos en criminología y psicología se han reunido con los reclusos para dialogar y aprender mutuamente sobre sexualidad en un primer taller y sobre justicia restaurativa en un segundo, en el primer curso de verano de la UPV/EHU que se ha realizado dentro de una cárcel. “Teníamos claro que no queríamos llegar y soltar nuestro rollo, por eso el título del curso de verano es 'Aprendizajes mutuos desde el centro penitenciario de Donostia/San Sebastián (Martutene)', queríamos saber cómo es su historia con la sexualidad, cómo lo viven ellos y ellas y qué podemos aprender nosotros también. Ha sido una presentación de conceptos y luego se ha dado lugar a un diálogo desde una posición de aprendizaje mutuo”, ha detallado Varona a este periódico al finalizar el curso.
En los talleres, según ha explicado Varona, en los que han participado cerca de veinte personas cada día, los asistentes se han mostrado “participativos”. “Han realizado preguntas y han contado experiencias personales tanto en el taller sobre sexualidad, que es un tema tabú como en el de justicia restaurativa en la que se plantea una responsabilización activa respecto a los daños cometidos y el papel de la sociedad. Nos hemos despedido dándonos la mano y solo puedo decir que han estado participativos y se han quedado con ganas de más”, ha asegurado sin detallar más información sobre la experiencia de los participantes.
Varona ha destacado que las personas externas a la cárcel que han asistido a los talleres, un grupo reducido de psicólogos, criminólogos y alumnos del Instituto Vasco de Criminología, han tenido presente en todo momento la necesidad de “crear un ambiente de respeto y de no juzgar a los otros”. “Era importante que se sintieran libres para hablar y creo que lo hemos conseguido, porque han sido conversaciones sobre temas complicados y complejos y nos hemos llevado el aprendizaje de ver que la prisión es dura y que hay muchas personas trabajando en ello. La sociedad pide prisión, pero hay mucho desconocimiento acerca de lo que ocurre dentro”, ha reflexionado (...)
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