Nicolás Ribas Eivissa — 20 de octubre de 2022
Matilde Landa en 1922.
Matilde Landa Vaz (Badajoz, 24 de junio de 1904-Palma, 26 de septiembre de 1942) es considerada una de las figuras más representativas del movimiento obrero y comunista de los años treinta y cuarenta. Hija de Rubén Landa Coronado (un abogado de Badajoz, republicano y masón, muy vinculado al Instituto Libre de Enseñanza, de filosofía krausista) y Jacinta Vaz Toscano (por desgracia, apenas se sabe nada de ella), nació en el seno de una familia burguesa e ilustrada, de clase media acomodada.
El nacimiento de Matilde Landa se produjo en su casa de Badajoz, con el médico Narciso Vázquez Lemus (destacado dirigente socialista extremeño) y el abogado Manuel Barriga Soto (conocido por su trabajo como periodista y poeta) como testigos –ambos amigos de su padre–. Las amistades de Rubén Landa, así como la vinculación de este con el Instituto Libre de Enseñanza, ya daban algunas pistas sobre el origen social de Matilde: recibió una educación humanista y liberal y estuvo rodeada de élites ilustradas con ideas republicanas, laicas y democráticas. Algo infrecuente para aquella época es que Landa no fue bautizada, hecho que luego se convirtió en un auténtico martirio para ella.
Pese a que su familia era de tradición izquierdista y republicana, pero burguesa, Landa se adhirió, a mediados de los años treinta, a las ideas del Partido Comunista de España (PCE). Se trataba, según explica David Ginard i Ferón, doctor en Historia por la Universitat de les Illes Balears (UIB), en el libro Matilde Landa. De la Institución Libre de Enseñanza a las prisiones franquistas, de un fenómeno que puede inscribirse en la evolución conocida por un sector de la intelectualidad española y europea de la época, “que se vio seducida por la excelente imagen que todavía conservaba el modelo soviético entre amplias capas sociales”.
“Es muy representativa porque forma parte de un conjunto de mujeres que se incorporan a la actividad política en los años treinta y cuarenta”, explica a elDiario.es David Ginard, autor del primer estudio global sobre Landa. “Es un fenómeno que se da de manera precaria durante la República, pero de manera mucho más clara durante la Guerra Civil, en la zona republicana, donde hubo una participación muy considerable y muy masiva”, detalla Ginard. Cabe recordar que el sufragio femenino, la conquista más importante de la época, se consiguió con la Segunda República, el 1 de octubre de 1931, después de un debate entre Clara Campoamor y Victoria Kent.
La organización Socorro Internacional Rojo
En agosto de 1934, Matilde habría participado en el congreso fundacional del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. Después del fracaso del movimiento insurreccional de octubre de 1934, Landa –según Dolores Ibárruri– se afilió al Socorro Internacional Rojo (SRI), una organización vinculada a la Internacional Comunista, constituida en Moscú a finales de 1922 a raíz del IV Congreso de la Komintern –que reunía apoyo jurídico, político, humanitario, material y moral a las víctimas de la lucha revolucionaria– y que participó en las labores de ayuda a las víctimas de la represión ejercida por el gobierno radical-cedista de Alejandro Lerroux. “El Socorro Internacional Rojo fue, por aquellos meses, una pieza esencial en el proceso de crecimiento del PCE, que basaba su expansión organizativa tanto en el establecimiento de una alianza con los socialistas, como en su erosión”, clarifica Ginard.
(...) Matilde Landa se entera del golpe de Estado mientras estaba en una conferencia del SRI junto a su marido, Francisco López Ganivet, Vidali y Tina Modotti, compañera y famosa fotógrafa y actriz italiana. La conferencia fue suspendida y Matilde y su marido se dirigieron a la sede del PCE, donde impulsaron inmediatamente la formación del Quinto Batallón de Voluntarios, que participó en la toma del Cuartel de la Montaña. A los pocos días, fundaron, en el patio del Colegio Salesianos de Francos Rodríguez (Madrid), el Quinto Regimiento de Milicias Populares, en el que colaboraron intelectuales como María Teresa León y Rafael Alberti, Antonio Machado, José Bergamín o Miguel Hernández, entre otros.
(...) Landa se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias Naturales en marzo de 1923, donde se alojó en la Residencia de Señoritas, institución pionera en el fomento del acceso de las mujeres a la educación universitaria y en la que residieron mujeres que tuvieron un papel destacado en la Segunda República, como Victoria Kent, futura directora general de prisiones. Según destaca Ginard, en noviembre del mismo año tuvo que abandonar sus estudios por problemas de salud, aunque parece ser que los pudo concluir seis años después, en 1929. “En una declaración efectuada ante la policía, el 23 de septiembre de 1939, Matilde dijo ser licenciada en Ciencias Naturales”, recoge Ginard en un nota a pie de página. En enero Ginard publicará otro libro, Matilde Landa (1904-1942). El compromiso y la tragedia, editado por Publicacions de la Universitat de València (...)
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